01 💛

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Seúl - Corea del Sur,  Ocho años más tarde…

—Mi amiga Jenny me dijo que sus padres se divorciaron, porque su papá descubrió que le gustaban los hombres— Jungkook miro a su hija por el espejo retrovisor, ella le sonrió inocentemente.

—No te quieras pasar de lista Hanna— ser padre era difícil, ser padre soltero aún más difícil, ser padre de una adolecente de dieciséis años, ¡imposible!

—¡Vamos papá! Sería solo una cita como amigos— Jungkook gruño y regreso su mirada a la avenida.

—Yo no estoy para citas, mucho menos con hombres elegidos por mi hija— ¿Qué se le había metido a Hanna en la cabeza? En el último par de meses se había dedicado a concertarle citas. Hasta en una página de chat lo había inscrito.

—Tienes que volver al mercado papá, eres muy guapo todavía
— Jungkook estaciono frente al instituto, quitándose el cinturón de seguridad bajo del choche para abrirle la puerta a su hija. —¿Ves a lo que me refiero? Aparte de guapo, eres inteligente, caballeroso, respetuoso—

—Oh sí, soy todo un partido ¿no? — Su hija frunció los labios.
—¿Por qué tanto interés que tenga una cita? — conocía a si hija muy bien, vio cruzar algo en su mirada ¿Tristeza? ¿Nostalgia? Los primeros meses después de la muerte de Taehyung había sido difícil, pero Hanna era una niña cuando la desgracia sucedió, había podido superarlo más rápido que él.

—Solo digo… que ya es tiempo que regreses al mercado papá
— señalo con la cabeza a su alrededor —Todas las madres, padres, y hasta mis compañeras te miran, no tienes por qué seguir solo papá— Jungkook ni siquiera miro a su alrededor.

—No estoy solo cielo, te tengo a ti— su hija rodo los ojos, acomodando su mochila sobre su hombro coloco ambas manos en su pecho.

—Te amo papá. Eres un muy buen padre, pero sé que algo te falta, quiero verte feliz— Jungkook abrazo a su hija.

—Soy feliz cielo— era una vil mentira, él estaba muerto por dentro, pero eso no lo diría, —¿Desde cuándo te hiciste tan madura? — la hizo que levantara el mentón, ella sonrió petulante.

—Tengo un padre muy inteligente, soy digna hija del Fiscal de Distrito— después de la muerte de Taehyung, él se había dedicado al trabajo y a su hija, después del sepelio de Tae, tomo a Hanna y había salido de Busan esa misma noche, en un intento de dejar todos los recuerdos dolorosos atrás, su hermana se había encargado de la venta de la casa y de la mudanza, aquí en Seul había abierto su despacho, pero al superar una meta, se colocaba otra y otra, se exigía al máximo, ahora era Fiscal de Distrito, su siguiente meta… ser Magistrado en la Suprema Corte de Justicia, jamas se detenía, era como estar a bordo de un carrusel, que continuaba y continuaba.

—Solo espero que no quieras estudiar leyes también— dijo divertido. Ella sonrió.

—Lo había pensado, pero me llama más la atención, ser hippy y explorar el mundo— la cara de horror de Jungkook hizo reír a Hanna.
—Te estoy tomando el pelo papá—

—Eres una pillina— le dio un último abrazo y se despidió de ella. –Anda, a clases, has que me sienta orgulloso—

—Te quiero papá— ella le lanzo un beso y corrió hacia sus amigas. Suspirando regreso a su auto, antes de encenderlo se miró en el espejo retrovisor, ocho años habían pasado desde la muerte de Taehyung, y a sus cuarenta y dos años seguía solo, se le hacia una eternidad, sus ojos color miel estaban cansados, tenía marcas en las esquinas de los ojos, Jungkook sobrevivía, no vivía, pero ¿cómo podría siquiera pensar que podría llegar a amar a otra persona? No era un monje, tenía aventuras de una noche, de horas más bien, puesto que solo tenía sexo y se marchaba. Nada sin importancia, sin ataduras, sin relaciones, ni siquiera le importaba los nombres de esos hombres. Él ya había amado una vez, y jamás volvería hacerlo.


                                ¤♥¤

—¡Eh! ¡Jimin! Ha llegado tu amor platónico— Jimin dejo caer una cuchara al suelo del susto que le saco la mujer, fulmino a Zoe con la mirada. Pero aun así se acercó a las puertas dobles, si efectivamente ahí estaba él. Era una estupidez, ni siquiera sabía el nombre del hombre, pero desde que inauguró la cafetería hacia dos meses el hombre había llamado su atención inmediatamente.
lnconscientemente se limpió las manos en el mandil mientras lo observaba, siempre era lo mismo, el entraba, se sentaba en la mesa de la esquina, ordenaba café negro, un pastelillo, leía el periódico y veinte minutos después se marchaba, Zoe le había dicho que parecía un hombre frio y aburrido, pero Jimin pensaba todo lo contrario, había algo en él…

Siempre estaba impecablemente vestido con trajes oscuros, su cabello inmaculadamente peinado, era apuesto, su cavello oscuro con algunas pocas canas, estaba seguro que andaba alrededor de los cuarenta, pero lo que sin duda le llamaba más la atención eran

sus ojos, de un color miel tan hermoso, pero había tanto dolor y tristeza en ellos…

—¿Porque no vas a tomar su orden? — Jimin se forzó a apartar la mirada del hermoso hombre, para fulminar con la mirada a su amiga.

—¿Estás loca? Soy el chef aquí— era su negocio, pero más que nada él había hecho esto para poder hornear, cocinar postres era su especialidad. Zoe rodo los ojos.

—Atender una mesa no te hará menos hombre, quien quite y averigües por lo menos su nombre, lo he intentado, pero cuando me mira con esos ojos…—

—¿Te asusta? — pregunto burlón.

—Anda, ríete de mí, pero te reto a que vayas a llevarle su café
— Jimin miro hacia su mesa de trabajo, pronto tendría una nueva ronda de magdalenas por meter al horno, tenía una entrega importante para esa tarde, pero ¿Cuánto podría tardar con el hermoso hombre? Además, valdría la pena ¿Qué malo podría pasar? Cuando mucho regresaría a la cocina con el orgullo herido. Tomando una respiración para calmarse, se quitó el mandil con manos temblorosas trato de alizar su ropa, era un desastre, llevaba puesta ropa sencilla ya que no sería practico cocinar con sus mejores galas.

—Necesitaras esto— Zoe le entrego su libreta de apuntes.

—Te odio— susurro yendo hacia la barra, pero cambio de idea y regreso a lado de su amiga —¿Qué pasa si no es gay?¿y si está casado?— su amiga bufo molesta.

—Es gay, solo falta ver la pinta perfecta que tiene, en mi experiencia todos los mejores siempre terminan siendo gay— dijo ella sarcástica — Y no creo que este casado, si lo estuviera no vendría aquí todas las mañanas a tomarse su café y medio desayunar, eso solo lo hace un hombre soltero que no sabe cocinar y no tiene a nadie en casa que lo mime, y no tiene alianza en el dedo, me he fijado— Jimin enarco una ceja.

—Eres buena en los detalles—

—Por supuesto, ahora deja de ser una gallina y anda— lo empujo, casi tropezó con el mostrador, hasta ahora solo había podido darse el lujo de poder contratar a dos personas a Zoe y a otro chico que le ayudaba más con los repartos a domicilio, su cafetería no era grande pero poco a poco se estaba haciendo de clientela, con Zoe había conectado al momento, eran buenos amigos ahora, de hecho la única que tenía ya que era nuevo en la ciudad, fulminándola con la mirada se acercó a la mesa del hermoso hombre.

—Buen…Buen Día señor— odio el titubeo en su voz —¿Qué va a ordenar? —

—Buen Día, lo de siempre por favor— Dijo sin levantar la vista del periódico. lain entrecerró los ojos.

—Puede ser más específico— entonces sí, el hermoso hombre levanto la vista, Jimin contuvo el aliento, ya había adivinado que sus ojos eran color miel, pero eran más hermosos de cerca, casi podía sentir que podían ver sus oscuros secretos.

—¿Dónde está la otra camarera? — pregunto él fríamente, Jimin sintió que sus sueños y expectativas se quebraban en pedazos con un espejo roto. ¿Qué había creído? Que al instante habría un flechazo solo al verlo.

—Ella está ocupada…—

—¿En serio? — la mirada dura de él lo traspaso —Creo que más bien está cotilleando desde la puerta a la cocina, ¿El dueño sabe que sus empleados no hacen su trabajo— Jimin lo miro, en la punta de la lengua estaba por decir que se fuera a la mierda y que comenzara mejor por marcharse de su local y jamás volviera, pero se abstuvo, tomando la jarra de café, esbozo su sonrisa más profesional?

—como diría el dueño … El cliente siempre tiene la razón, en seguida viene a atenderlo— aseguro, mientras se daba la vuelta y caminaba al mostrador, Zoe estaba tras las puertas dobles espiando lo que ocurría.

—¿Qué haces? Vuelve allá— Jimin le entrego la libreta de notas.

—Quiere a su camarera de siempre, buena suerte— dijo mientras tomaba de nuevo el mandil y regresaba a su trabajo.












Espero les vaya gustando...
Atte: Moods🌙💕

Nuevos Comienzos 💛 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora