FOR THE THRONE - Aemond y Aegon Targaryen

Capitulo 7 "Reposo del grajo"

-"Te amo"-Exclamó la mujer de cabellos negros y ojos verdes, al joven que se encontraba sentado junto al fuego, dándole la espalda esperando con ansiedad lo que el le podría contestar.

El peliplateado se levantó de su asiento y se acercó a pasos lentos a la mujer.-"¿Me amas?-Le preguntó estando frente a ella con seriedad, la mujer estiró sus manos y tomó las de el entre las suyas.

-"Con todo mi ser"-Alys Rivers le dijo mi entras asentía con la cabeza, a Aemond aquel joven primor con el cual tenía 12 años de diferencia.

Aemond solo la miró por unos segundos sin decir nada y exclamó-"Pensé que habíamos decidido no enamorarnos"-Los ojos de la joven se aguaron y el joven se retiró del lugar sin culpa.

El no podía enamorarse de ella por mucho que lo intentara, y eso le rompía el corazón a la mujer, al sentirse menos que aquella princesa que el había mencionado en ocasiones mientras estaban en pleno acto, destrozando su orgullo y generándole un odio desmedido por la joven, el príncipe se retiro sin decir palabra alguna, dejando a la mujer triste y con rabia.

El no la quiera, y sabía que jamás podría amarla, ella solo era una forma de olvidar para el, pues le faltaba lo que siempre había amado y deseado... una lástima para Alys pues eso es lo único que ella no puede darle.

Ya en sus aposentos el decidió desaparecer aquello que le causaba tanto dolor mirar pero que antes le causaba alegría. El quemo cada carta y trato de quemar cada recuerdo de Visenya en su mente. y así estuvo por horas, viendo cómo aquellas cartas que en el algún momento significaron todo para él se convertían en cenizas al poco tiempo.

Mientras tanto en la fortaleza roja, la reina Heleana se dedicaba a tejer día y noche, pues la depresión por perder a su hijo era muy grande. Así se encontraba ella sentada en su habitación, cuando empezó a sentir un leve mareo. Ella comenzó a parpadear y mover la cabeza mientras tejía buscando calmarse, pero las palabras fluyeron de sus labios con velocidad.

-"El único camino que se puede tomar para que el padre sobreviva la batalla del ojo de dioses, es que la hija tome su lugar..."

Visenya había tenido paz por más de 2 meses lo cual había sido algo que ni ella misma se podía creer. Sabia de los problemas que tenía su madre con la guerra y le había ofrecido su ayuda múltiples ocasiones, pero la reina negra se negaba alegando que disfrutara de su matrimonio. Ella y Cregan habían ido a Rocadragon para recibir la bendición de su madre y que el norteño le jurará lealtad a la reina, todo había salido bien.

Pero si bien el Lord la hacía feliz y por momentos olvidar sus problemas, la princesa sabia que no podría escapar de ellos para siempre. Y el temor de perder a otro ser querido la carcomía todas la noches.

Incluso esa noche había soñado que su abuela Rhaenys se enfrentaba junto a Meleys a otro dragón, pero despertó antes de ver el desenlace.

-"Visenya, vuelve a la cama"-Cregan Stark llamaba a su esposa desde la cama en la que reposaba, viéndola mirar por la ventana con la mirada perdida, sosteniendo en sus manos la rosa de invierno que le había dando un día antes mientras montaban a caballo. Ella le preocupaba al lobo.

La rosa azul, mejor conocida como la rosa del olvido o rosa del invierno. Era para Visenya un regalo especial pues su marido se lo había dado. Sin embargo, para ella las rosas del invierno la hacían pensar en su pasado y eso la  atormentaba, como una garra de muerte tan inquieta, que llora su sombra y pensamiento en un terrible y oscuro precipicio. La joven dejó la rosa en la mesa a su lado y voltio a ver a su esposo.