Capitulo 8

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Visenya se encontraba volando en Vermithor mientras sujetaba con fuerza a Aegon y mantenía bien amarrado a Viserys contra su pecho,  a su lado Joffrey en su dragón Tyraxes. La princesa, si bien había tenido una amenaza de aborto semanas atrás, decidió que lo mejor era no esperar a volver con su esposo cuanto antes.

Ella se había dado cuenta del semblante cambiado de su madre y lo peligroso que sería para sus hermanos menores lo que está por venir, así que convenció a su madre de dejarlos a su cargo en winterfell, por lo menos hasta que ella diera a luz, y la reina había aceptado. Optando por la seguridad de sus hijos más pequeños.

El vuelo estuvo tranquilo, con sonrisas de parte de Aegon y Viserys, los cuales realmente no sabían la razón de su ida de Dragonstone, a ellos solo les importaba que estaban junto a su hermana adorada.

Al pasar unas horas se pudo ver la gran sobra de Vermithor, por encima de Winterfell. Todos los habitantes de la zona miraron hacia arriba, algunos con admiración y otros con desconfianza, pues a pesar de que a la princesa se le debía de considerar como parte de los suyos desde su boda, les era difícil hacerlo cuando sabían que por mucho que se haya casado con un Stark, ella jamás dejaría de ser una Targaryen. Y al ser prejuiciosos, temían por que el lema de fuego y sangre les fuera aplicado.

-"Mi lord"-Entró el joven copero al salón real de winterfell, donde Creagan Stark se sentaba con una mirada fría como el hielo. El joven se dio cuenta por aquella mirada y por la presencia de los jefes de las casas vasallas de los Stark que había interrumpido algo importante.

-"Se puede saber ¡¿que es tan importante como para interrumpirnos de este modo?!"-Dijo el apodado Lobo del norte mientras se acomodaba con altives en su silla.

Los lores alrededor del pobre copero comenzaron a murmurar y a enviarles malas caras, pero el calmó al poco tiempo sus nervios y le sonrió aguantándole la mirada a su amo-"Su esposa mi señor, la princesa Visenya a llegado, junto al que parece ser su hermano Joffrey"-En ese momento, el lobo se levantó con rapidez y su ceño dejó de estar contraído, por fin  después de todo lo que había pasado en tampoco tiempo.

Todos los demás presentes se pararon junto a él, pero el los ignoró. Dando pasos directos a la salida. Camino con velocidad por aquellos lucubres pasillos, los cuales se sabía de memoria, para llegar hasta la entrada de su fortaleza, donde sabía que ella lo esperaría.

Visenya sentía su corazón latiendo con fuerza, ya que sabía de su próximo reencuentro con su lobo. Se encontraba siendo abrazada por sus siervas, mientras seguía cargando en brazos a Viserys y agarraba de las manos a Joffrey y Aegon. Las mujeres al poco tiempo se dieron cuenta de esto y decidieron ayudarla, tomando a los niños ellas mismas.

Cregan sintió como todo el mundo se detenía y solo centraba en ella cuando la vio en medio de aquel lugar. Visenya volteo y pudo verlo estoico en las puertas de la fortaleza, parecía no tener reacción alguna. Los ojos de ella se dilataron y no pudo contener su sonrisa.

Pronto se encaminó hacia el en pasos lentos que pronto se convirtieron en un leve trote, el hombre solo abrió los brazos. Recibiéndola con un gran abrazo, oliendo el cabello plateado de la mujer con desespero.

-"Cregan"-Suspiro ella en su oído-"Te he extrañado"-dijo acurrucándose más al pecho del hombre al sentir el clima gélido del lugar nuevamente.

-"Yo también, esposa"-el bajo su mano hasta el estómago de su amada, sobando a la vida que se formaba dentro de este-"Pero, tenemos una plática pendiente"-juntaron sus frentes y Visenya supo, que el no solo estaba feliz de verla, si no también enojado.

FOR THE THRONE - Aemond y Aegon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora