La angustia, furia, miedo invadieron su ser, un fuerte dolor en el vientre lo hizo concentrarse en lo que veía, Viktor sentía como poco a poco su cuerpo se transformaba nuevamente, pero no era igual que otras veces, era verdad que el ser de sangre pura tanto a alfas como omegas la naturaleza los había dotado con mayor fuerza, sentidos más agudos, no por nada eran los puros los más solicitados para la formación de ejércitos, su cuerpo reclamaba volver a su lobo, pero de una forma que dolía, sus garras, sus colmillos, eran más grandes y mortales, sus ojos que eran celeste, ahora estaban como el cielo cuando se avecina la tormenta, salió con prisa por una ventana, al caer su cuerpo no mostró alguna muestra de dolor o debilidad, era incluso más resistente, pero del mismo modo que su cuerpo, su mente comenzaba a volverse a su estado animal, se interno entre la espesura del bosque, agudizó sus sentidos y a lo lejos un nauseabundo hedor a sangre, corrió hacia esa dirección, hasta que el aroma se mezclaba con la dulce fragancia de su omega, corría tan rápido como le permitían sus patas y se exigió más cuando el aullido de Yuuri le pedía ayuda...
Finalmente llegó, Yuuri pudo sentirlo, ese olor a café más amargo, Viktor estaba furioso...
- ¡Alejense de mi omega!
Decía el con voz ronca entre gruñidos.
- E... Espera Viktor, ellos me ayudaron a escapar.
Viktor se agazapaba listo para atacar, así que Yuuri debía calmarlo, debía aceptar su naturaleza.
- Detente alfa.
Usando la voz de omega consiguió que poco a poco el alfa mengüara su furia, con fuerza, sobre su lomo llevaba de prisa al azabache cada vez más débil, afortunadamente en el camino otros lobos de pelaje negro, llegaron a apoyarlo, pero Otabek tuvo que lanzarse contra el lobo blanco, pues estaba reacio a dejar en manos de alguien más a su destinado, antes de que se convirtiera en una pelea larga entre alfas, el oportuno Yurio lanzo dardos a ambos alfas que pronto los adormecieron.
Ese bello omega rubio con fría mirada, del mismo modo, durmió a los lobos que supuestamente, habían socorrido a Yuuri, el aroma de la omega, estaba en el departamento de Yuuri, tendrían mucho que explicar.
Horas después los lobos que fueron dormidos con dardos habían despertado a excepción del alfa blanco, pues el tuvo que ser encerrado ya que no había vuelto a su forma humana y no lo haría, hasta que estuviera al lado del omega.
A la puerta de la habitación donde el alfa se encontraba recluido, se acercó su padre.
- Viktor, cambia de forma, tu omega está bien.
Viktor estaba cegado por la angustia e impotencia, y aún con su voz ronca, ya no distinguía a su progenitor.
- ¡Devuélveme a mi omega o te mataré insignificante alfa!
- ¡Escucha muy bien jovencito, soy Alexei Nikiforov, tú padre, así que respeta a tu superior de clan y vuelve a tu forma! ¡Te ordeno que vuelvas, tu omega te necesita cuerdo y conciente de tus actos, vuelve!
Y así entre gritos y gruñidos, Viktor se reincorporo... Pero no fue exactamente eso lo que le devolvió la razón, fue el aroma de su Yuuri, el había salido de cirugía.
Unas horas después, el olor a desinfectante picaba la nariz de un azabache que pronto despertó sintiendo una cálida mano sobre la suya...
- ¿V... Viktor?
- ¡Oh! Yuuri, gracias por despertar, estaba tan angustiado.
- G... Gracias por ayudarme, no sé cómo lo supiste, pero gracias.
- Yuuri, se que no es momento, pero, creo que si lo es... Te sentí Yuuri, sabía que no estabas bien, te busque, después escuché que me llamabas... Yuuri, somos destinados, quizá tú no creas en eso, pero yo sí, soy un romántico, pero si no te intereso como alfa, permíteme protegerte.
- Tranquilo Viktor, relájate, yo... También ya lo sabía, se que somos compatibles o como tu lo llamas, destinados.
- No espero que me aceptes de inmediato, aunque sería genial, pero quiero protegerte, a ti y...al cachorro, en serio me asusté, pero el pequeño es fuerte y se aferra a la vida.
Ahora solo preocúpate por recuperarte, los clanes Nikiforov, Plisetsky, Babicheva, Giacometti nos hemos unido a ustedes para cuidarte, esto que ocurrió, tendrá consecuencias graves.
- Lo entiendo, pero escucha, esos lobos, la omega y el beta me ayudaron a escapar, ellos fueron los que ayudaron en el rapto, pero ni siquiera saben quién los "contrato" pues fue bajo amenaza.
- Hay algo más grande detrás entonces Yuuri y te prometo, lo voy a averiguar y haré pagar a quien sea que trata de matarte.
Después de haber hablado con Viktor y su familia, Pichit entró a ver a su amigo.
- Pichit, creo que todos sabemos quién podría estar de todo esto, pero no hay pruebas, ¿cierto?
- Si Yuuri, el omega de Beka los interrogó, pero el tonto beta no sabía quién lo contrato, solo afirma que fue para salvar a su hermana.
- Se que detrás de esto está el clan ruso, lo que me preocupa es que no se que tan al tanto están de mi condición, me quieren a mí o a mi cachorro y si es a mi bebé, les sacaré y devorare su corazón ante sus ojos.
- Ay Yuuri, a veces me das miedo.
- Tranquilo Pichit, confío plenamente en ti, hay algo más, investiga con Sala si hay otros que quisieron y lograron hacerse de una lista, ¿Recuerdas que entre los nombres estaban dos que sobresalían?
- ¡Ay por la diosa! No creeras que...
- Si Pichit, creo que Yakov piensa que mi cachorro es de su sobrino, ¿cuántos JJL conoces?... Además cuando pedí ayuda esperaba que llegara o mi... destinado o...el padre del cachorro y... El único, que llegó fue Viktor, iniciales que también estaban en esa lista.
- ¡Mierda Yuuri! No sé cómo siempre logras meterte en semejantes líos. Viktor tiene que saberlo, también es su cachorro.
- No Pichit, eso no lo sabemos, es solo una suposición, del mismo modo que Leroy.
- Pero si Nikiforov lo sabe, nos ayudaría más.
- ¿Más? El logro que varios clanes rusos desertarán de su manada, hay demasiados lobos para mí gusto custodiando está habitación.
- Yuuri, se que no quieres más cosas en qué pensar... Pero conseguí información, tu fuiste el que arrolló a Viktor en Milán.
- ...
- Lo sé, soy estupendo, ¿Cierto?, Podría ser detective en mis tiempos libres...si los tuviera.
