Hyunjin

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Ultimamente al despertar había tomado la costumbre de revisar mi correo electrónico. Tenía miedo de nuevamente encontrar una amenaza allí.

A pesar de que la empresa lo había cambiado y no se había repetido la situación, la ansiedad al desbloquear mi teléfono, se hacía presente de forma intensa.

Nuevamente, ningún mail extraño había aparecido.

Sobé mis ojos y di un largo bostezo antes de recordar que ese día tenía clases en la academia de arte. De golpe todo el sueño abandonó mi cuerpo y corrí hacia el baño para una ducha.

Estaba cambiándome de ropa cuando detrás de la cortina de su cama, Minho murmuró algo. Acostumbrado a que hablara solo, mientras dormía, seguí en lo mío.

Sin embargo otra voz se sumo a la suya balbuceando cosas sin sentido.

Arriesgándome a ser golpeado por Lee, descorrí un poco la cortina para mirar.
Tuve que tapar mi boca para evitar la carcajada, ante la imagen.

La cara de Jisung estaba siendo aplastada por una pesada pierna de Minho, haciendo que sus mejillas tomaran una forma graciosa.
Lee abrazaba una almohada y pude distinguir en ella rastros de baba por el sueño profundo en el que se veían inmersos. Jisung por su lado, tenía abrazado el tobillo de Minho como si fuera su tesoro más preciado y ambos roncaban de forma ligera.

No quería ni pensar cómo era que habían llegado a esa posición.

Un balbuceo torpe volvió a aparecer.

--- Miraa compremos esoo~

La voz de Jisung sonaba muy graciosa al estar siendo aplastado por un muslo.

--- miraa que tiernoo, Minhoo~

--- mejor sin ropa cachetón, sin ropa~

No pude evitarlo más y solté una fuerte risotada, ese par era un caso.

Contrario a lo que pensé ambos no reaccionaron y continuaron durmiendo como si nada, volviendo a murmurar cosas a las que dejé de prestarle atención.

Era hora de marcharme a clases.

(...)

La clase del día había terminado y Sammy devoraba la dona de chocolate como si fuera el más exquisito de los manjares. Ya habían pasado tres meses desde que nos conocíamos y cada día me sorprendía más, lo cercanos que nos habíamos vuelto.

--- tienes chocolate en la barbilla.

Ella tomó una servilleta y se limpió de forma delicada.

--- ¿Cómo es que puedes ser tan bruta y elegante a la vez?

---¿Perdón? Pienso lo mismo de ti, si tus fans vieran la forma en la que comes sopa instantánea, seguro quedarían en shock.

--- ¿Piensas lo mismo? ¿Entonces también piensas que soy elegante?

Se sonrojó de forma leve y soltó un bufido exagerado.

--- No lo estás negando~~

Me lanzó una mirada mordaz que inevitablemente me recordó el primer mes que la conocí.

Fue en mi primer día de clases, cuando me enteré de que la encargada de dar clases a los alumnos de nivel principiante, no era ni más ni menos que la nieta del señor Gaon.

Sammy Gaon.

Eramos en total doce estudiantes, la mayoría pertenecía a la tercera edad, siendo yo el alumno más joven.

El Quinto piso [ Minsung ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora