Heather | 𝗝𝗟

➳ tercera nota

— ¿Porqué no sólo se lo dices?, tal vez te sorprenda su respuesta. — animó una pequeña rubia.

— Rosé ¿qué no la ves? — señaló con discreción a unos metros de ellas — Son pareja, y no interferiré.

— Jen, házme caso, inténtalo. — la castaña rodó los ojos con cansancio de escuchar lo mismo — Yo así conseguí novia.

— Sí, la enorme diferencia es que a Jisoo sí le gustabas y su pareja era a conveniencia de su familia, no tuvo problemas en dejarla por ti. — casi escupió las palabras.

— Te recuerdo que el problema no es conmigo, para de hablarme en ese tono. — borró su sonrisa de hacia unos segundos.

— Lo lamento... — sus ojos comenzaban a quemar, sabía que de seguir hablando del tema, lloraría sin remedio — Es que... No estoy bien...

— Te entiendo Jen, pero tú entiéndeme. — la abrazó sin aviso previo, conocía tan bien a su amiga, que aún si ella cubría su cara entre sus manos, sabía en qué momento sus ojos desbordaban tristeza — Odio verte así...

— Perdón...— articuló entre sollozos lastímeros— La amo Roseanne... Duele no poder tenerla...

— Encontrarás a alguien mejor.

— No quiero encontrar a otra persona, quiero a Lalisa —. limpió bruscamente sus mejillas.

— Tae... — decidió seguir con el abrazo y callar, ninguna palabra sacaría a esa chica de la mente dolida de Jennie.

— JenJen ¿qué te ocurre? — llegó la mencionada anteriormente, de la mano de su novia, y su mirada denotaba preocupación y confusión — ¿Por qué lloras?

— Yo... Por nada. — respondió rápidamente, forzando una sonrisa que no mostraba dientes— Todo en orden Lili...

— No puedes mentirme. — suspiró — Dime que pasó.

Jennie culparía totalmente a Heather, pero no era esa clase de persona, y aunque lo hiciera, sonaría bastante patético y sin sentido.

— Eh, fue culpa de Roseanne. — la mencionada mostró una cara de confusión total — Me torció el brazo jugando y me dolió.

Realmente eso había sido lo primero y más "coherente" que había pasado por su cabeza, no podía confesar que su llanto era causado por la pareja frente a ella.

— Ay Chaeyoung, déjala en paz. — soltó una pequeña risita — No me gusta verla llorar.

Soltó a la chica pelinegra que iba con ella y abrazó a Jennie, dando unas pequeñas caricias en el brazo "lastimado" y sonriendo con ternura. Heather sólo mantenía una expresión serena y totalmente libre de celos o cosas similares.

— ¿Estás mejor? — preguntó ella con ternura.

Incluso Rosé tragó duro al escucharla dirigirse a Jennie, una conversación entre ellas no sería mala desde el punto de vista de la demás gente... Pero Jennie tendría que contenerse para no volver a llorar en ese momento.

— Sí... Gracias Heather. — forzó nuevamente una pequeña sonrisa, recibiendo el mismo gesto en respuesta.

Ella y Lisa, al cabo de unos segundos se fueron, dejando a una chica un poco más rota que antes, con los ojos ardiendo y las manos temblorosas, implorando que sus clases acabaran para encerrarse en su habitación y romper en llanto cuantas veces quisiera.

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Ella me habló.

¿Ese era tu plan Lalisa?, supongo que sí, de no haberlo sido no nos hubieras juntado.

Tal vez pensaste que sería lindo que nos lleváramos bien, ella tiene la disposición por lo que veo. Pero yo no. Y no porque sea egoísta o antisocial, es porque cada vez que me dirija la palabra, sé que una grieta más se abrirá en mi corazón. Y no quiero... No quiero que me duela más.

Quisiera decirte de frente que la razón de mi llanto sin control es ella, eres tú, son ustedes.

Pero prefiero mil veces decirte excusas estúpidas a herirte con la verdad.

Entiéndeme un poco... Me es muy difícil aceptar la situación en la que me has puesto, simplemente no puedo mantener una sonrisa abierta al verte con ella.

Porque yo te amo, y no como mí mejor amiga, sino como mucho más que eso. Te amo como no logras imaginarte, y lo seguiré haciendo hasta que mi corazón pare de latir. ¿Ves porqué duele tanto?, porque yo te amaré toda la vida, y Heather te tendrá toda la vida, según presiento.

Enorme diferencia...

Aunque... Realmente me gusta verte sonreír y ver que ella te trata bien, es una gran alegría que le otorgas a mis ojos heridos.

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