dos.

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Solo estaba ahí mirando la pequeña carta pegada sobre la puerta de su casillero. Era la segunda y aún no sabía quién era el remitente. No era nada molesto en saber que tenía un admirador secreto pero si le inquietaba porque odiaba lo que fuera un secreto o adivinar su nombre. Tampoco es algo de que le estuviera preguntando a través de otra carta si le diera pistas para saberlo, preferiría quedarse un poco con la duda.

Leyendo despacio y con mucha atención, muy en el fondo le encantaba lo que el anónimo decía de él. Sentía pequeñas cosquillas en su estómago cuando cada letra acariciaba su mente endulzándolo. Repetía una y otra vez hasta que una presencia lo hizo saltar del susto.

—¿Ya sabes quién es?— Hoseok se llevó las manos al pecho casi con exageración.

—Última vez que me hablas así de la nada, si muero será tu culpa— Taehyung soltó una carcajada, el rostro de su amigo era tan graciosa que sentía el estómago adolorido. Respiro y llego a su casillero para tomar algunas cosas.

—¿Sí lo sabes o no?— el contrario negó guardado la carta en su mochila—. ¿Entonces como pretende que te enamores de él?

Se encoge de hombros—. No creo que le funcione, además, dudo muchísimo que me llegue a gustar. Ni siquiera he entablado una conversación con él. Tampoco sé quién es y no me interesa saberlo.

—Bueno, entonces no te diré.

El castaño abrió sus ojos con asombro, lo tomó de los hombros poniéndolo frente a él.

—Dímelo, es una orden.

—Si mi miopía no se equivoca la persona que te deja esas dos cartas es Min Yoongi— frunció su ceño y ladeó la cabeza.

No no podía ser él, hay muchas cosas del porque no podría. La principal de todas es que no lo toleraba, no se podría decir que lo odiaba pero no podía estar mucho tiempo con él, por la sencilla razón de que el jovencito era muy ruidoso, aparte de que cuando está cerca de sus amigos es la persona más desastrosa que podría conocer. La segunda todo el mundo quería estar con él, y Hoseok presentía que en una de esas personas Yoongi tenía sus ojos puestos en Mina, la linda chica del segundo C. Ella siempre iba a los entrenamientos de basquetbol y él se notaba cómodo. La tercera es que, bueno, en realidad, no había una tercera solamente no podría ser. Punto.

Yoongi no se fijaría en él, no porque se sienta poca cosa, Hoseok jamás ha tenido problemas de autoestima, pero presentía que él no era el tipo de persona que le gustaría Yoongi. A lo poco que ha visualizado las parejas del chico era que eran iguales a él.

Suspiró.

—Tal vez hayas visto mal, no...

—¡Ay Hobi!— rodó los ojos—. Dime tú, ¿quién pasa por los pasillos cuando todos están en el almuerzo? yo no, mis horas de comida son sagrados.

Aquel pensamiento de qué tal vez ese anónimo pueda ser Yoongi lo estuvo torturando casi todo el día. Mirarlo gritar y correr por los pasillos con sus amigos jamás había sido tan incomodo. No podía ni siquiera concentrarse en su clase de historia porque lo tenía en el mismo salón. Como si Yoongi lo estuviese viendo se escondía en una libreta, cuando realmente el castaño estaba gritando a todo el grupo "¿Quién falta de darme lo de la tanda?"

Saliendo de sus clases volvió a encontrarse con otra carta, ahora sintiendo algo en su estómago la desdobló leyendo lo siguiente:

"Espero algún día poder decirte lo mucho que me gustas, sé que ya te había mandado una carta antes, pero necesito que sepas cada segundo lo que siento por ti."

Justo ese momento pasó Yoongi, sintió un escalofrío en la espalda con tan solo escuchar su voz. Cerró los ojos guardando el pedazo de papel en su bolsillo del pantalón, caminó como sin nada a la salida juntándose con Taehyung y dirigirse a su casa del menor.

La mirada de Seokjin seguía a los dos chicos, se dio cuenta que Hoseok sí había leído su última carta del día y se sintió feliz al notar que lo guardo. Tal vez tendría una oportunidad, tal vez esa era una buena señal. Sonrió sin prestar ningún tipo de atención a la conversación de sus amigos.

—Owww, malévolo cucarachon se nos puso sentimental— se burló Jungkook, este le dio un golpe en el hombro haciendo que gritara del dolor.

—Vi como guardaba mis cartas— los ojos de Seokjin se iluminaron y su corazón latía con mucha frecuencia—. Nos vamos a casar.

Tanto como Jungkook, Yoongi y Namjoon rieron y haciendo burlas para sonrojar al chico gritando que próximamente dejaría de ser soltero. Su siguiente parada sería a la casa de Jungkook para un maratón de videojuegos, mientras que Seokjin preparaba sus próximas cartas, ya tenía todo muy bien calculado, después de diez cartas le pediría tener una cita con él.

Todo saldría bien, ¿no?

Cartas para Hobi | YoonSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora