siete.

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Nadie dijo nada en todo el almuerzo, el ambiente era tan tenso que a Jungkook le comenzaba a doler la cabeza. Namjoon tuvo que sentarse en medio de Yoongi y Seokjin o acabaría en tragedia. Yoongi tuvo que colocarse los audífonos para distraer su mente, porque en verdad lo estaba torturando. ¿Cómo podía demostrarle a su mejor amigo que no era tan mierda para robarle a la persona que le gusta? Y claramente quería llorar, se sentía muy mal perder su amistad con él.

En ese preciso momento Hoseok, jugando con sus manos por el nerviosismo, se acercó a la mesa de ellos. Seokjin se dio cuenta y sabía que él venía para hablar con Yoongi, el enojo se hizo presente nuevamente, giró su silla para no mirarlo, los celos lo estaban acabando. Estando enfrente a ellos saludo, no era nada fácil controlar sus sentimientos pero acercarse constantemente a él ya no era algo que se sentía penoso. Namjoon le dio un golpe con el codo al castaño y este se quitó solo un audífono.

—¿Crees que podamos hablar a solas?— la voz le temblaba, sus mejillas estaban muy coloradas y los ojitos brillosos por la ilusión.

Yoongi lo observo por unos segundos, no iba a negarlo Hoseok era tan precioso, tan dulce y demasiado tierno. Le dolía tener que hacer sufrir al muchacho pero no tenía otra alternativa. Se aclaró la garganta y se quitó el otro audífono porque no se sentía cómodo. La situación completa no lo hacía sentir cómodo.

—Escucha Hoseok, lo mejor será no seguir hablándonos tampoco que sigamos siendo amigos. Lo lamento.

El alma se le cayó a los pies y sus ojos se humedecieron en seguida, su cuerpo temblaba como si fuese una gelatina. Todo se sentía irreal, porque hace algunos días estaba recibiendo cartas de él y ahora le demostraba todo lo contrarío. ¿Acaso solamente estaba jugando con él? Y claro, no era para menos sentirse usado y más que nada humillado. No sabía como reaccionar y ni cómo tratar de no verse vulnerable, estaba muy consciente de las actitudes que tenía Yoongi; una persona sumamente problemática, con actitudes de grandeza, y que, incluso, jugaba con los sentimientos de las personas. Aunque lo último lo escucho por un rumor, esto ya lo comprobó en carne propia. En el momento en que se retiró quiso hacer lo mismo pero unas manos lo detuvieron, algo que lo sorprendió muchísimo porque no sabía en que momento Seokjin estaba frente a él.

—¿Te sientes bien?— pregunta preocupado, Hoseok no dice nada solo niega con la cabeza—. Estás muy pálido, ¿quieres que vayamos a la enfermería?

Volvió a negar.

Odiaba ser tan sensible, tan estúpidamente sensible. Quería romperse a llorar en ese mismo instante, él no tenía porque haber desarrollado sentimientos por Yoongi, además, no debió fijarse en él solo por algo escrito en un dichoso papel, que solo lo escribía por aburrimiento. Cómo pudo salió del comedor y descargo todo su dolor en el baño, desearía que Taehyung estuviera con él apoyándolo, maldita fiebre.

Por otro lado Yoongi no se sentía satisfecho en ningún sentido. No podía mentirse en absoluto, se encariñó mucho más de Hoseok gracias a su constante compañía, se había emocionado demasiado cuando el muchacho le ofreció una amistad. Tampoco podía tapar sus sentimientos que ahora estaban tomando un poco más de fuerza. Se maldijo. Una presión en su pecho lo hizo jadear, limpio sus ojos con rapidez. No podía hacerle esto a Seokjin, no cuando él era como si fuese un hermano, pero claro, no tenía ninguna culpa, de hecho, ninguno lo tenía porque Seokjin no sabía nada de los sentimientos que tenía Yoongi hacía Hoseok, así como Yoongi se sorprendió tanto el saber que también su mejor amiga sentía lo mismo por él. No podía hacer ya nada, todo su pequeño plan se había ido directo al carajo cuando supo tal confesión, y se ofendía cada vez que tenía la oportunidad por haberle dado su plan a Seokjin.

Enviarle cartas a Hoseok para poder enamorarlo.

Ahora no sabía cómo interpretar todo esto, porque al fin y al cabo el chico piensa que es él. Tampoco sabía cómo se ha estado sintiendo al ver a Seokjin caminando junto a Hoseok y casi tratando de tomarle la mano, lo único que sabía que se sentía patético estando parado al final de pasillo mirándolos como un completo imbécil. Debía sentirse mucho mejor cuando después de aquella pelea el más alto le pidió una disculpa y siguieron como si nada hubiese sucedido, sin en cambio está tratando de luchar de no llorar.

¿Qué le pasaba? No tenía que llorar por algo así, Hoseok solamente era un simple gusto y ya, no tener que odiar cada vez que Seokjin trata de acariciar sus mejillas o querer golpearlo cada vez que toma su mochila y salen juntos de la institución.

Maldita sea.

Cartas para Hobi | YoonSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora