trece.

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No podían mirarse después de lo que sucedió en la tarde anterior, cuando tenían oportunidad de toparse en el pasillo simplemente desviaban la mirada siendo el más discreto Yoongi, no quería tener ningún tipo de problema con Seokjin o alguna sospecha de lo que ocurrió. Por parte de Hoseok no dejaba de pensar cada escena que vivo en la casa del pálido, claro que se sentía culpable porque le había dado la oportunidad a su mejor amigo de tener algo y después haberse acostado con Yoongi como si estuviese soltero, pero no podía ocultar lo vivo y feliz que se sintió al sentir sus besos sobre su cuello y en los labios. Suspiró. Y soñó despierto en cada clase, y cuando estaba en el mismo aula no podía dejar de mirarlo.

Se percataron que el trabajo no lo habían terminado, Hoseok no quiso regresar por el simple hecho de que volviera a pasar lo mismo, muy en el fondo lo quería repetir las veces que fuesen necesario. No sabía cómo es que tenia a Yoongi aún lado suyo caminando en dirección a su casa en total silencio, Seokjin quedó en segundo plano ese día y se sentía demasiado mal, sus intenciones no son lastimarlo ni hacerlo sufrir pero un maldito cobarde por no decirle la verdad y no esperar a las cosas que sucedieran. La cabeza mirando al suelo, las mejillas sonrojadas, el corazón latiendo como un desquiciado y las manos sudorosas llegaron a su destino. Lo dejo pasar sin decir nada dejando sus cosas sobre el comedor, volvieron a sus trabajos como si no hubiera sucedido nada. Yoongi nuevamente fue el primero en hablar.

—Quiero pedirte una disculpa por lo que sucedió ayer, no quiero que pienses que soy un aprovechado— Hoseok dejo caer el lapicero y negó con timidez recordándolo otra vez.

—Tranquilo, también quiero disculparme...— Se quedó en blanco, suspiró—. Todo está bien.

No quería darle a demostrar que estaba muy nervioso y siguió escribiendo, Yoongi frunció el ceño sin apartar la mirada quedándose un buen rato de esa manera, su impulso le hacía querer acercarse a él y besarlo como el día anterior, mordiéndose los labios ansioso y la punta de sus dedos golpeaban con desesperación el papel del cuaderno. Hoseok notó eso.

—. ¿Sucede algo?

—¿De verdad te gusto?— soltó de la nada.

¿Por qué de la nada le hacía esa pregunta?

¿Por qué tuvo que pasar eso para que le pudiese hacer esa pregunta?

—Yoongi, si es sobre lo que sucedió hagamos de cuenta que jamás pasó, ¿sí?— tuvo que tragar saliva la garganta la comenzaba a sentir muy seca—. Estuvo realmente mal, estoy saliendo con Seokjin y...

—No es necesario que me recuerdes con quien estés saliendo— interrumpió—, y tienes toda la razón hagamos de cuenta que jamás sucedió, total solamente fue un puto error que yo mismo comencé. No volveré a acércame a ti con otras intensiones. Perdóname de nuevo, Hoseok.

Y un nudo se le formó en la garganta de Hoseok, su corazón se hizo pequeño al escuchar cada palabra que soltaba. Para él no era ningún error y quería decírselo pero no quería verse contradecir, no sabía a ciencia cierta cómo se sentía, relamió sus labios volviendo a lo suyo con los ojos cristalizados, discretamente se las secó y Yoongi lo noto, estaba muy atento a cada movimiento de él y el pálido sintió remordimiento.

—. No quise ser brusco con mis palabras— suavizó el tono de su voz, lo estaba jodiendo más, lo sabía.

—No te preocupes, no lo fuiste— se levantó para poder salir de la casa y tomar aire, Yoongi lo imitó y lo tomó del brazo pegándolo a su cuerpo, nuevamente se sintió vulnerable a su cercanía.

—Olvida todo lo que dije, no fue un error para mí, realmente fue lo mejor que me pudo pasar— sus palabras eran sinceras y eso hasta el mismo Yoongi se sorprendió, con sus pulgares retiró las lágrimas que caían de las mejillas de Hoseok—, todo lo bonito que me pudo pasar en mi perra vida fue tocarte, sentirte cerca mío, besarte... quererte.

Hoseok lo tomó de la nuca acercándolo a él con rapidez besándolo, y nuevamente se volvieron uno solo dejando a todos en segundo plano o inexistentes. Ladeando la cabeza despacio y saboreando las lagrimas saladas de Hoseok, Yoongi se aferró a la cintura del contrario como nunca lo había hecho, estaban tan mal en muchos sentidos pero ya no podía ocultar nada, no habían nada que podían ocultar.

Ese mismo día volvieron a entrar a su habitación entregándose a Yoongi por segunda vez.

Un segundo día donde al siguiente día la culpa les volviera a consumir.

Cartas para Hobi | YoonSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora