Mas malentendidos

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En realidad Cristiano no había querido decir aquello en su última discusión con Lionel. Ya no había más amor, si, pero respetaba al omega y no había querido hacerle llorar. Había pensado una y mil veces su ruptura, pero en efecto el no era bueno con las confrontaciones, ni hablar de sentimientos, y se ponía muy idiota cuando entraba en estado de pánico.

Iba a disculparse, pero al ver que Lionel siguió con su vida decidió dejarlo así, no terminas con alguien de esa forma y luego interrumpes en su vida cuando ya te está dejando atrás, ya le había hecho suficiente. Era momento de que él también avanzara aún si era muy... Difícil.

Este había sido el peor año de su y por mucho, y para acabar estaba enfrentadolo solo. No había amigos a los que recurrir, ni familia, nadie. Y era su culpa, su incompetencia social que lo hacía ver arrogante he idiota lo dejó solo en esta crisis. Honestamente se le habían acabado las fuerzas para continuar muy atrás en el camino, lo bueno es que él no era alguien que se rindiera, iba a darlo todo en este que tal vez sería su último mundial, después ya vería que hacer con su vida, solo sabía que aquí no acababan las cosas, tenía que encontrar la forma de levantarse de nuevo, este despojo no era el verdadero Cristiano Ronaldo, y no permitiría que lo arrojaran al abismo sin dar pelea.

Llegó al hotel mas tarde que el resto de su equipo, había viajado a parte para que nadie le viera llorar, no soportaba que le vieran débil, aún ahora que su estado emocional y mental estaban tan perturbados que su único bastón para sostener su pesada existencia estaba en forma de múltiples pastillas para combatir la depresión y la ansiedad.

Tan malo era con el asunto de los sentimientos, que el psiquiatra que le atendía por orden de la propia federación, pasaba toda la sesión intentando adivinar los pensamientos de Ronaldo, ya que este se negaba a hablar de sus problemas... Pero había alguien a quién le hablaba, alguien a quién le mandaba mensajes constantemente, alguien que con cada respuesta por mas pequeña que fuera así solo se tratara de un simple emoji le daba vida a su patética existencia. Ese alguien era un futbolista mexicano al que le apodaban el Chicharito.

El omega era como un rayo de sol en su miserable y turbulenta vida, estaba enamorado claramente y le confiaba su vida... Es solo que Javier no tenía idea sobre esto, y lo trataba igual que a cualquier amigo. Mierda, amigo, odiaba esa palabra, si solo fuera un amigo para el portugués no lo dejaría acercarse tanto, no le confesaría la profundidad escondida de su alma y menos moriría por un simple abrazo del omega. Ronaldo no había confesado sus sentimientos con el temor de ser rechazado, su vida ya era un asco, pero al menos tenía una pequeña esperanza, si al final Javier no lo amaba todo sería la cereza del pastel que terminaría por derrumbarlo.

Y aún así, este sería el viaje donde finalmente le diría la verdad. Días atrás había tenido una llamada con Javier, el mexicano le había contado que Ochoa le había pedido que fuera al mundial a apoyarle o algo así, lo importante que estaría en el país y podrían verse.

Cristiano estaba nervioso pero había arreglado ya una reservación en un restaurante después del partido entre México y Argentina, iba a pedirle una oportunidad para cortejarlo. En una zona privada claro, no quería presionarlo o algo así... Mierda si que estaba enamorado.

Siempre había sido difícil para él pensar en alguien mas que él mismo o su familia, tal vez porque creció rodeado de hostilidades y entendió que si alguien tenía que ver por él sería si mismo. Pero con Javier, cuando él estaba, era la prioridad, sus sentimientos, sus pensamientos, su comodidad, lo que quería, Javier lo era todo.

Y sabía esto de si mismo hace años, aún cuando estaba con Lionel, daba gracias a todos los cielos no haber llegado al nivel de estupidez de meter el nombre del mexicano durante su rompimiento. Jamás se hubiera perdonado de haberlo hecho, y se habría sentido indigno del omega al que amaba, porque Javier definitivamente se hubiera sentido decepcionado de él, aun recuerda que después de contarle como fueron las cosas el mexicano le regañó y le retiró la palabra por un mes. El mexicano solo le perdonó cuando tomó un vuelo a México y le llevo mariachis hasta su casa y una orden de tacos, cabe aclarar que fue aconsejado por la propia madre del mexicano. Aquella tarde se quedó jugando Fifa con Javier en su habitación.

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