Hola a todos, aquí Coco, quien acaba de envolver sus regalos para la navidad aquí en casa *w* y que espera que sus cocoamigos estén disfrutando este pequeño regalo también, fufufu. Corazón Helado está a punto de acabar TuT De hecho, se terminaría el 23 en vez del 24, pero tranquilos, que ya está listo el epílogo y tendremos la gran despedida en plena noche buena. Que emoción, la navidad ya está aquí damas y caballeros. Pero bueno, ¿qué les parece sí, mientras esperamos que llegue, mejor nos vamos a disfrutar del cap de hoy?, fufufu <3 Ya saben qué hacer.
***
—¡Fuera de aquí! —La hermosa gigante estaba a punto de aplastar al boquiabierto grupo cuando el más alto por fin reaccionó.
—¡Abajo! —Justo a tiempo para evitar que un martillo gigante aplastará al rubio, Estarossa logró derribarlo para quitarlo del camino. Acto seguido lo cargó como a un saco de papas, y salió corriendo de regreso a la escalera.
—¡No Ross!
—¡Tenemos que huir de aquí! ¡Ahora! —Sin detenerse ni un poco, el peliplateado también tomó a Liz de la cintura y, con los dos bien agarrados, siguió alejándose de la bailarina y su creadora.
—¡Déjame! ¡Suéltame! ¡Elizabeeeeth! —El grito de Meliodas se mezcló con el retumbar del martillo de la gigante contra el suelo, y en cuanto esta lo levantó, una avalancha se alzó sobre ellos, creciendo más a cada segundo. La marea blanca los expulsó del castillo, y siguió empujándolos cada vez más lejos. En cuanto sus amigos vieron lo que pasaba, se quedaron helados de la impresión.
—¡Santos copos de nieve! —dijo Gowther subiéndose a Wild.
—¡Corran! —corroboró Gelda, y montó al cerdito justo a tiempo para salir disparados montaña abajo. Sin embargo, por más veloz que fue en valiente porcino, en algún momento la nieve los alcanzó. Se escuchaban martillazos retumbar contra el suelo sin detenerse, la avalancha no paraba ni un momento y, cuando al fin hubo silencio, se dieron cuenta de que estaban muy lejos, cerca de las cuevas donde habían acampado la noche anterior.
—¡¿Todos están bien?!
—¡Las piernas! ¡No siento mis piernas!
—Gowther, esas son las mías.
—¡Ah! Con razón. —Todos se fueron levantando como pudieron, y cuando dejó de escucharse el retumbar en la montaña, Estarossa se dio cuenta de faltaba alguien.
—¿Dónde está Meliodas? ¡Hermano!
—¡Ayuda! —El rubio había sido lanzado mucho más lejos que sus compañeros. Tras un par de vueltas mortales y un fuerte golpe en la espalda, quedó colgando con los dedos al borde de un precipicio.
—¡¿Dónde estás?! —preguntaban los otros desesperados—. ¡Aguanta! —Pero él ya no podía más. Elizabeth había vuelto a alejarlo y, por más que lo intentó, no pudo permanecer a su lado. La noción de eso pesó como plomo en sus tobillos. Cuando una de sus manos se soltó, supo que era el fin para él.
—Perdóname. Perdóname, Elizabeth. —Cerró los ojos, dispuesto a dejarse caer, pero justo cuando estaba por soltarse, alguien lo tomó de la muñeca.
—¿A dónde crees que vas? —dijo una voz conocida y, cuando alzó los ojos, se encontró con la persona que menos esperaba ver.
—¡Ban! —Parecía imposible, pero ahí estaba: pelo blanco, ojos rojos, sonrisa astuta y expresión pícara. Su viejo amigo había ido a salvarlo, y lo había atrapado justo a tiempo para evitar que se desplomara.
—No te dejaré ir hasta que saldemos cuentas. ¡Ahora arriba! —Entonces el enorme albino tiró de él y ambos quedaron tendidos sobre la nieve, tratando de recuperar el aliento antes de encararse mutuamente—. ¿Y bien? ¿Qué rayos está pasando a...? —El más alto no pudo terminar lo que estaba diciendo, porque fue derribado por un fuerte abrazo del rubio.

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Corazón Helado
FanfictionSolo un acto de amor verdadero puede derretir un corazón helado. Pero, ¿qué es el amor en realidad? Atrapadas en su castillo por un pasado triste y un secreto, las hermanas Elizabeth y Lizz se cuestionan esto mientras su inminente coronación les tra...