6 - Castillo de invierno

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Hola a todos, aquí Coco, quien ya tiene contando en su cerebro la cuenta regresiva hasta navidad *w* y está más que emocionada por seguir compartiendo con ustedes en este, nuestro Maratón de Invierno/Navidad 2022, fufufu <3 Este capítulo está entre mis favoritos, por no decir que lo es. Hoy por fin tenemos el tan ansiado reencuentro melizabeth, y agárrense, porque la tormenta está a punto de desatarse >u< Por eso, mejor no los detengo, les mando un abrazo tan fuerte como los de Gowther/Olaf, y nos vamos a leer nuestra amada historia, ¡Ya saben qué hacer!

***

-Uff, ¡ufff! ¿Ya llegamos? ¿Falta mucho? -Ross tuvo que cubrirse la boca con su guante para evitar reírse abiertamente de la pobre Liz. Pero es que se veía muy graciosa. En cuanto Gowther los llevó a la base del pico de montaña dónde se encontraba Elizabeth, resultó claro que tendrían que escalar para alcanzar la cima. Solo que la princesa había intentado trepar sola por orgullo, y ahora estaba en una posición muy extraña a tan solo un metro del suelo.

-Esto, Lizzy...

-No has avanzado en absoluto.

-¡¿Qué?! -Fue Meliodas quien le reveló la vergonzosa verdad a la chica, solo que ya no lo hizo tan fríamente como antes. Él también estaba al borde de la risa, y aquella calidez logró que, pese a lo penoso de su circunstancia, al final la princesa no se enojara.

-Bájate de ahí. Haré unos nudos y subiremos con el equipo que traigo.

-¿Entonces me cargarán? -Está vez el rubio sí rió y, aunque intentó parecer fastidiado, ya estaba amarrando una cuerda para todos.

-Así es. Déjate caer. Ross, atrápala.

-Qué alivio. ¡Voy! -Antes de que el peliplateado se pudiera preparar, la pelirroja se dejó caer de espaldas directo a sus brazos-. Como un ejercicio de confianza, ¿verdad?

-Esto... sí... -Ambos se quedaron un momento así y, por un instante, fue como si esa forma de llevarla significara otra cosa. Inconscientemente ella se había abrazado a su cuello, sus caras estaban muy cerca, y sus ojos no se separaban de los del otro, como esperando algo. Luego notaron todo eso al mismo tiempo, y se separaron ruborizados de un salto.

-Sí, bueno... este... -En cuanto el rubio los vio volvió a girar los ojos con fastidio, pero esta vez era obvio que no le molestaba, ya que estaba sonriendo de oreja a oreja.

-¿Chicos? -dijo Gowther, que acababa de asomarse desde una de las esquinas de la peña-. No sé si esto soluciona el problema, pero acabo de encontrar unas escaleras que suben hacia dónde vamos.

-¡¿Qué?! -Todos los compañeros de viaje gritaron al mismo tiempo, y sincronizados como un reloj, se soltaron a reír a carcajadas, igual a cuando eran pequeños. Incluso Meliodas, a quien sus hermanos observaban fascinados tras años de verlo tener corazón de hielo. Siguieron en dirección a donde el muñeco les había señalado y, en cuanto vieron la famosa escalinata, todos se quedaron con la boca abierta.

-Ahora que recuerdo, Eli tampoco era buena trepando, ¿cierto? Debió construir esto para facilitar su camino.

-Es verdad pero, ¿no creen que es demasiado? -Ante ellos, mitad de piedra y mitad de hielo, había una preciosa escalinata con baranda que protegía a quién subía de caer hacia un abismo helado.

-Creo... que nosotros mejor los esperamos aquí. -dijo Wild retrocediendo.

-Y yo... creo que debo ir a hacer un recado. -sumó Hawk antes de echarse a correr.

-Miedica.

-Bueno, ¡vamos! -dijo el muñeco aparentemente inmune al miedo, y simplemente siguió caminando, acompañado inmediatamente del rubio y luego de las dos parejitas que, sin notarlo, se habían tomado de la mano para subir. Pero a él no ya no le importaba.

Corazón HeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora