𓏲 DANIEL ﹆

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❞  PRIMER ENCUENTRO. 𓂅


Advertencia: —Narrado en tercera persona.
Daniel x Fem!oc.
Webtoon: Capítulo 23.

La primera vez que vio a Daniel Park, fue en el minimercado

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La primera vez que vio a Daniel Park, fue en el minimercado.

Recordaba vivamente que su madre la mando a comprar unos condimentos para hacer galletas, a pesar de ser tarde en ir, siempre poseía su gas pimienta y unas patadas de taekwondo que aprendió mediante de internet; preparada para el peligro.

Estando enfrente de aquel minimercado, observó a una hermosa dama castaña salir de ahí con un abrigo rosado tan divino que no dudo en compararse unos cortos segundos; pantalón holgado de algodón, pantuflas, remera con un estampado de su banda favorita y un chaleco grande gris.

Ah, qué humilde es para ir a comprar.

Encogió sus hombros restando importancia para seguir avanzando, abriendo con cuidado la tienda que, al poner un pie para avanzar, sus oídos percibieron una hermosa voz que se congeló unos segundos.

¿Acaso era un ángel cantando? Por qué a su audición, lo era. Era dulce, firme y, sobre todo, hipnotizante.

Sus ojos se desviaron a una persona de menor tamaño con una contextura gruesa, quizás en sobrepeso, aun así, no podía dejar de pensar que era encantador oírlo cantar que, si tuviera su teléfono en mano, lo grabaría para oírlo siempre.

Sin embargo, duro unos cortos segundos el canto porque ese joven observó a su clienta con una sonrisa nerviosa sintiendo sus mejillas ruborizar, dos personas ya lo han oído. Se agachó, haciendo una reverencia de noventa grados, casi tocando el suelo, gritando «¡Bienvenida!» Ocasionando una risa en la femenina.

¿Más adorable podía ser? Suspiró encantada.

—No es necesario que hagas una reverencia así, no soy una persona mayor. Probablemente tenga tu edad. —comentó negando con sus manos, para avanzar dónde él, logrando ponerlo nervioso. El de menor estatura pensaba lo peor. —No vuelvas a hacerlo, ¿sí?

Palmeo su espalda como si fuesen los mejores amigos del mundo confundiéndolo. ¿No iba a hacerle daño?, quizás se dejó llevar por sus traumas pasados.

—Está b-bien.

—Muy bien.

Lo único que sus labios soltaron, ya que se alejó de su lado yendo en busca de los condimentos encargados de su madre y quizás, unas chucherías para ella sola. Camino por los pasillos en pasos tranquilos, agarrando todo de a poco, haciendo dos recorridos, si no podía más, los dejaba en frente del joven que se ganó en el mostrador. Una vez los condimentos encargados, fue a la máquina que conversaba los helados, sacando de ahí dos, también caminó hasta los estantes, sacando dos originis grandes y finalmente un agua mineral.

L O O K I S M !?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora