𓏲 GOO ﹆

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❞  ROMPE HUESOS 𓂅


Boketobio tu pedido ha sido entregado

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Boketobio tu pedido ha sido entregado.


Advertencia: Narrado en primera persona.
Goo x Fem!oc.
Sin relación en el Webtoon.
OS no tan extenso y lenguaje explícito.


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Realmente no encontraba nada interesante en estos días. Era un martirio, vivir en aburrimiento.

No había diversión. Ni una pizca que avive mi llama.

Incluso el idiota de Gun tenía más cosas interesantes que yo, algo que debería ser diferente por su asquerosa personalidad de: "Me vale una mierda todo el mundo"

Bueno. Soy igual. Vivo por los lujos.

Dar una vuelta podría ayudarme a quitar este aburrimiento. Sobre todo, si encuentro una pelea callejera en el cual deba participar, sería un buen quita estrés.

Tomando algunas cosas pequeñas, tales como un monto de dinero para comprar algo de comida callejera o sobornar algún idiota.

Tengo que ser precavido en esta vida.

Salí de mi departamento sonriente, mientras acomodaba mis lentes para poder mirar mejor todo mi alrededor. Allá te voy amada diversión. Te necesito en mi hermosa vida.

Ya saliendo del lugar, caminé por las frías calles de Corea en busca de diversión, que queme toda esa pesadez y pueda sentir la euforia de los quejidos, llanto y súplicas. Mirando a todos lados, no encontré nada.

¿En serio? Qué jodido. La vida no quiere que el maravilloso Goo deba lucir sus movimientos de pelea.

—Un chiste.

Murmuré enojado, tiré hacia atrás mis hebras rubias despejando mi frente. Hasta que llegó ese glorioso sonido de gemidos dolorosos, quejas, el sonido de la belleza de una pelea reciente. Emocionado corrí al sitio hasta que entre a un callejón oscuro, chifle.

Qué cliché y mejor momento de pelea.

Vi a un mocoso tirado en el suelo con su mano en su brazo, precisamente en el antebrazo. Supongo que le hicieron mierda su brazo. Eso debe doler demasiado y me fascina.

Alcé mi vista para apreciar de quién provocó aquel delirante grito al chico y ahí, la vi.

Se veía jodidamente hermosa, con sus manos ensangrentadas, su mirada filosa y recelosa, su melena atada en una trenza, mostrando su rostro que solo era cubierta con sus mechones oscuros. Incluso la sangre en su jodido rostro era arte.

Era una obra tan recientemente pintada de la manera más sangrienta posible. Ahora quiero saber de ella. Me atrae demasiado su persona.

—¡Increíble! Esto es maravilloso, cómo destruyes a tu enemigo con esa mirada. Joder mujer, eres una belleza.

La mirada de esa mujer fue hacia mí y, mierda, mi corazón empezó a palpitar tan rápido que saldría de mi pecho. Ella era tan provocativa.

—¿Quién mierda eres tú?

—Vocabulario, mujer. —me burlé de su trato, ahora mirando de reojo al mocoso que ni siquiera se movía. Oh, se desmayó. —Mira, está como muerto tu víctima. Hermoso.

—Te pregunté quién mierda eres.

—Rayos, qué insegura eres mujer. No te haré nada, a menos que desees que hagamos algo divertido. —tiré en doble sentido mis últimas palabras, básicamente, quería pelear con ella en la cama. —Y soy un espectador de esta obra.

Su mirada era oscura, pese a ser claros. Suspiré encantado, me acerqué a ella con intención de provocarle un poco y, funcionó perfectamente, incluso me sorprendí por su rapidez.

Reí emocionado. La sensación era exquisita.

—Qué veloz. Dios, esto es mejor que el sexo.

—Maldito cerdo.

—No entiendes que esto es placentero.

Entonces, sentí como apretaba mi brazo en mi espalda, oyendo perfectamente mi hueso tronar. Jadeé sorprendido, y reí, amaba la sensación que llegué a sentirme vulnerable a su presencia, que mi cuerpo involuntariamente se dejaba llevar por su fuerza.

Sentí quebrarse mi brazo, el dolor era enorme, pero nada mejor cómo su mirada de querer matarme me enamoraba más de lo normal. Incluso su agarre era tan tosco que la excitación surgía en mi cuerpo.

¡Ella era perfecta!

Me arrodillé tomando mi brazo, igual que el tonto que se desmayó a mi lado. Alcé mi vista a ella, sintiendo unas mechas de mi rubio cabello ir a mis gafas, entonces vi la maravilla.

Una diosa.

Una diosa de la guerra y la muerte.

—Jódete, mierdilla humana.

Incluso su voz era encantadora. Arisca, fría, incluso ese toque de odio puro. Dios, era perfecta.

Se alejó de mi vista, no podía dejar de verla y sonreí, hasta me dolían las mejillas de lo enorme que mis comisuras se extendían. Ella debía ser mía.

Lo que me gusta, debe ser mío.

—Mierda. Me enamoré de ella.

L O O K I S M !?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora