Advertencia: —Narrado en tercera persona. —Inspirada en una canción de Sam Smith. —Zack x Male!oc —Webtoon: Capítulo 186 (Mención de la "cita" de Zack y Mira)
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Seungmin observaba desde su asiento a su querido amigo y crush al mismo tiempo. Una sonrisa indivisible surgió de sus labios, ese peinado se le veía tan bien, pero amaba más cuándo lo tenía desprolijo. Relucía mejor esa belleza que poseía.
Nunca entendió cómo llegó a tener una atracción hacia el boxeador profesional, simplemente, sucedió.
Tan inefable el sentimiento.
Pero, tampoco era secreto para sí mismo que, a pesar de amarlo, él solo lo veía como su mejor amigo. Sus ojos siempre fueron a Mira, su compañera. Una cercana.
Era chistoso ver un triángulo amoroso, lo amaba, pero él amaba a Mira y ella, bueno, deducía que era un sentimiento recíproco. A pesar de mostrar una mirada de enojo cada que Zack peleaba o insultaba a alguien, sus ojos gritaban muchos sentimientos que dudaba en revelar. Aun así, Seungmin no era tonto.
Lo sabía. Analizó cada expresión de Mira.
Suspiró rendido golpeando su cabeza contra su mesa, el malestar se apoderó de su interior. No sabía si era incomodidad, celos e incluso inseguridad. Lo estaba matando por dentro.
—Pss, pss. Seungmin.
—¿Uh? —exclamó algo distraído, viendo quién lo llamaba hasta que sus ojos miel vieron a su crush. Reaccionando a ello, le prestó atención. —¿Sí?
—Necesito tu ayuda en algo muy importante.
—¿Ah sí? Quisiera saber el por qué.
—Bueno, bueno. Quiero invitar a una cita a Mira mañana.
Oh, nuevamente ella. Frunció el ceño receloso por lo mencionado. Era desagradable el sentimiento que tenía, cuándo la persona que te gusta habla de quién realmente le gusta. Es un cliché, de los que duelen.
—Ajá... ¿Y qué quieres que haga yo?
—Quiero comprarle un regalo, y tú tienes sentido de regalar cosas. Cuando me disté ese llavero de guantes de boxeo, supe que eres indicado para la tarea.
Claro, que conveniente que recuerde ese regalo cuando esos días lo vio sin interés.
Quería quejarse. Pero, no podía. Era una promesa que lo mantenía callado. Tan vago, pero especial para Seungmin.
«Tú y yo hicimos una promesa. En las buenas y en las malas»
—Bien, tienes mi ayuda. —murmuró suavemente, ignorado el dolor que se impregnó en su corazón. Sabía que era ahí, latía lento. Dolía. —Dime, ¿a qué hora nos juntamos?
