trece

71 20 26
                                    

Esa misma noche Yibo cobro su apuesta, en la habitación de Xichen se oían los gemidos de pasión, los aplausos acuosos al roce del choque de piel contra piel, ya llevaban varias rondas de sexo, pues querían asegurarse de meter en el horno por lo menos un bollo con los genes del heredero Wang, Xichen tenía que cumplir con su compañero ya que apostó que Lan Zhan no pondría el nombre de Yibo en ninguno de sus hijos y el otro que por lo menos un carácter de su nombre habría en alguno de los tres.

Ya casi para el al amanecer Yibo se vaciaba por décima ves dentro de la vagina del doncel, cayó sobre el como un costal de papas, se abrazaron por un rato más disfrutando de suaves caricias de su esposo, quien los acompaño en todo momento de su faena sexual, a veces besando a Xichen para distraerlo, pues no quería que sintiera que lo estaba traicionado, en otras montado a Yibo por detrás para lograr su liberación dentro del doncel.

Ying prometio ayudarlo en su misión, de tener por lo menos un hijo de su sangre para que su familia, no se quedará sin descendencia principal, ya que sus otros dos hermanos eran donceles, tenían hijos pero el a ser el barón tenía la responsabilidad de dar a los herederos principales de la casa Wang, pasaron dos noches más juntos rodando en la cama, las niñas fueron atendidos por Yuan, She y Su.

Los recién nacidos se quedaron en el hospital bajo el cuidado de Quiren, Rouhan y la madre de Yibo pues estaba feliz de que su hijo pueda cumplír con su familia como el hombre de la casa, agradecida con su yerno por darle esa oportunidad, así que no importo que el recién parido haya sido, berrinchudo, descortés y casi casi violento a la hora de exigir cosas para el y sus recién nacidos hijos pues era un pequeño precio por lograr tener en sus brazos al hijo de su cachorro menor, lo cual pensó sería imposible al elegir como su pareja a otro hombre.

Al tercer día de faena por fin tomaron un descanzo se asearon dejaron al doncel descansando al cuidado de los enfermeros, Yibo también descansaba en su habitación y el Wei regreso al hospital para recoger a su bombón de crema, a sus hijos y darle las gracias a los familiares por haber cuidado de sus tesoros.

Al llegar al hospital ya lo esperaban Zixuan, Wen Ning y Hausiang, tenemos que hablar amigo, dijo el Nie al Wei, no tengo nada que hablar con ustedes, el día que decidieron aliarse para dejarme fuera de todo lo referente al cuidado, acompañamiento y apoyo hacia la vida , crecimiento y educacion de sus hijos, ese día yo quedé en fuera de su vida, de la vida de esos niños y de mi responsabilidad.

Nunca les reclamé nada, ni aún sabiendo que esos bebés eran míos, por qué ví con mucho dolor, que a sus madres y al hombre que ame con todo mi corazón, les importaba más el que dirán, la posición económica y social de sus casas que el amor que decían tenerme.

Zixuan quiso acercarse a darle un beso a Ying, Ning se acercó al lado para querer tomar su mano y Hausiang del otro para cerrarle el paso hacia el hospital cuánto sintieron un fuerte empujón que los envío a los tres al piso rodaron escaleras abajo y acabando en la banqueta frente al hospital.

Wangji vio desde la ventana de su habitación como esos tres personajes abordaban a su marido, como se notaba que el discutía con ellos por lo que solo usando su bata salió del edificio rumbo a dónde estaba su marido, oyó cada palabra que dijeron los donceles, lo que su marido les contesto, pero no le pareció nada del otro mundo, hasta que vio como esos malditos abusivos trataban de acorralar a su hombre.

Haaaaaa claro que noooo eso solo el tenía derecho, a
encerrarlo, someterlo y acorralarlo era una de sus actividades favoritas pero nadie más que el tenía ese privilegio, que se creían esos putos ofrecidos, así que corrió con todas sus fuerzas hacia el primero que vio,dando una patada al que estaba más cerca, haciendo carambola de idiotas.

Verlos rodar escaleras abajo fue toda una delicia, llegar al lado de su marido colgarse de su cuello y devorar su boca de manera sucia, demandante y casi exigente, fue más que placentero, lo llevo dentro del hospital lo aventó a su cama , se subió encima de el, lo encuero como un plátano al que pelas antes de comerte, bajo su cara hasta su miembro lo chupo, mordio, succiono, saco su primera corrida del día tragando todo el dulce nectar que salió de su esposo.

MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora