Capitulo 3

67 33 31
                                    

Salgo al pavimento y dirijo mi vista a Ian que pasa por mi lado con mucha prisa, miro a la dirección que se dirige, ¿a dónde ira con tanta prisa? Me pregunto, veo que se sube la capucha y toma rumbo hacia uno de los callejones que dan salida a la ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Salgo al pavimento y dirijo mi vista a Ian que pasa por mi lado con mucha prisa, miro a la dirección que se dirige, ¿a dónde ira con tanta prisa? Me pregunto, veo que se sube la capucha y toma rumbo hacia uno de los callejones que dan salida a la universidad.

Agarro bien mi bolso y comienzo a seguirlo con algo de curiosidad.

¿A dónde se dirigirá con tanta prisa, y por qué se ve tan misterioso?, sigo avanzando hasta que voltea por un camino que está desolado y tenebroso.

El miedo se apodera de mi, pero aun así continuo.

Esto es mala idea.

Me digo a mí misma no tengo por qué seguir a las personas.

Pienso.

Y continúo avanzando con precaución.

Me quedo estática cuando veo que se estaciona una camioneta negra con vidrios polarizados frente a él hablando.  Por el ambiente pesado que se siente concluyó qué es de una discusión qué se trata.

Me acerco a un tanque de basura para no ser vista logrando escuchar parte de la conversación.

— Dile a Velvor que muy pronto estará su trabajo, ¡así que no me jodas! — Le habla el de ojos miel al sujeto que no logro ver.

— Tienes tres meses para que esté el trabajo listo, tres meses ni más ni menos— termina de decir el sujeto de la camioneta cuando avanza a toda velocidad.

¿Qué estarán hablando? ¿De qué trabajo habla Ian?, ¿o en qué estará metido?

Ian, continua su camino, pasa por el tanque de basura donde me encuentro y me agacho más ocultándome.

Mamá siempre me dice, si algo no es de tu incumbencia es mejor que no te metas, pero no, no puedo quedarme con la duda, debo saber en qué está metido este espécimen creído ¿Por qué? No tengo idea.

Salgo de mi escondite una vez pienso que no hay nadie y avanzo hacia el camino por donde vine.

...

Tomo aire una vez estoy dentro de mi casa, trate de venirme lo más rápido que pude ¿Quien sabe si alguien logro verme y ahora estaré metida en problemas yo?

Tan solo pensarlo me dan escalofríos.

Ignoro mi pensamiento paranoico y me dirijo a la cocina y un papelito llama mi atención.

Lo tomo en mis manos, es una nota de mi madre:

Michelle, en el Microondas se encuentra tu comida,
esta noche no llegaré, tengo asuntos pendientes
que debo solucionar, por favor cierra bien las ventanas,
cualquier cosa llámame.

Dejo la nota donde estaba y me dirijo a hacia el microondas.

Me saboreo cuando veo lo que es, estiro el brazo y saco el plato de Spaghetti con carne a la boloñesa.

Mil barreras para amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora