Cuentos de miedo 1/5. Yemen.

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Bueno mi historia se llama...


"La melodía del terror"



Gabriela siempre quiso tener un hijo y después de tantos años deestar unida a su pareja Erick, por fin había logrado quedarembarazada.

Erick no era precisamente el novio o esposo modelo, era unbebedor, mujeriego, que trataba muy mal a Gabriela, hasta habíallegado a golpearla, por suerte para ella, desde lo del embarazo, nohabía vuelto a hacerlo, pero su mal trato psicológico no habíacambiado para nada.

Gabriela tenia una cajita de música, y cada vez que teniaproblemas con Erick, se encerraba en su habitación, le daba vueltasa la manecilla, y una melodía triste pero a la vez hermosa salia deaquella pequeña caja, ella la colocaba cerca de su ya pronunciadabarriga, como para que su futuro hijo la escuchara, mientras ellacerraba los ojos e imaginaba estar en cualquier lugar menos cerca deErick.

Una noche, Erick regresó a casa muy borracho, al parecer Gabrielase había quedado dormida y la cena no estaba lista, Erick enfurecidola fue a buscar a la habitación, encontrándola dormida en una sillacon la cajita en las piernas. Gabriela despertó en un instante alescuchar los gritos enfurecidos de Erick, el cual le arrebato lacajita para destruirla, Gabriela le gritó que no lo hiciera, y tuvouna lucha con el, Erick la lanzo al suelo, provocando que Gabriela segolpeara en el estomago, produciéndole un aborto. Erick se fue de lacasa al instante, y fueron los vecinos quienes la llevaron alhospital.

Unas semanas después, Erick se había ido definitivamente de lacasa, Gabriela estaba muy deprimida y triste por la perdida de suhijo, casi no comía, y parecía haber perdido motivo para vivir, asíque para sentirse mejor, se sentó a escuchar la triste melodía desu cajita musical, y transportarse a otra parte cerrando sus ojos.

Solo que esta vez mientras lo hacia, escucho unos pasos que seacercaban a su habitación, Gabriela reaccionó asustada, pensandoque tal vez era Erick quien había regresado, sin embargo al sostenerla manecilla para que la caja dejara de sonar, los pasos tambiéncesaron de escucharse, tal vez era su imaginación, pero al continuarcon la música, los pasos continuaron, hasta detenerse justo frente ala entrada de su habitación.

Gabriela abrió los ojos lentamente, y allí frente a ella, habíauna persona de baja estatura, tal vez un niño, y no lo podíaconfirmar, porque estaba cubierto por una sabana, como si se tratarade un niño jugando a ser fantasma.

Este niño no se movía, estaba allí parado con su sabana que lecubría de pies a cabeza. La música de la caja estaba por terminar,Gabriela se acerco al niño para descubrirlo y verle el rostro, peroal finalizar la música, el niño simplemente desapareció.

Aun así, algo no estaba bien, la situación se siguió repitiendocada día, pero Gabriela no lograba ver que o quien estaba debajo dela sabana, aunque le aterraba, en el fondo ella sentía que tal vezera aquel niño en su vientre que nunca pudo nacer.

Una mañana mientras Gabriela no estaba en casa, su peor pesadillase hizo realidad, Erick regresó a casa, entrando con su propiallave, pateando las cosas molesto porque ella no estaba.



-Donde estará esta maldita mujer, la esperare aquí en suhabitación, y mejor sera que no demore. Vaya! esta parece ser esaestúpida caja de música que siempre esta escuchando, que músicatendrá?



Erick en su ignorancia y arrogancia, giró las manecillas paraactivar la triste melodía de la caja, y claro, los pasos comenzarona sentirse a medida que la música avanzaba, Erick también pensóque era tal vez Gabriela que regresaba, pero el también vio a esteniño cubierto con la sabana cual fantasma parado allí en la entradasin moverse, solo parecía mirarlo.



-Pero, quien diablos eres tu chiquillo, como entraste aquí?, seramejor que te largues antes de que te golpee...



Aún la música no terminaba, y Erick se avalanzó a quitarle lasabana al niño descubriéndolo, no pudo contarle a nadie lo quehabía debajo de aquella sabana de cama, porque los vecinos soloescucharon su grito de terror y muerte, localizaron a Gabriela quiense apresuró a llegar a casa, al entrar estaba todo destrozado y alllegar a su habitación, allí estaba Erick en el suelo sin vida,pero le faltaban sus ojos, los cuales parecía que el mismo se habíaarrancado, para evitar ver el terror que había debajo de la sabana.

La cajita estaba en el suelo, Gabriela la levanto, y al abrirla,esta vez la música se activo sola, ella no había girado lamanecilla, se escuchaban los pasos que regresaban, Gabriela tratabadesesperadamente de hacerla callar, pero era imposible, la tirócontra el piso, pero allí estaba el niño en la entrada, ya laestaba mirando, y para terror de ella, la caja seguía produciendo sutriste melodía, el niño se acercaba lentamente a Gabriela, quienestaba en el suelo tratando de tapar su rostro con las manos para nover, el niño fue removiendo la sabana de su cuerpo al sonar de lamelodía, se podían ver sus pies, que parecían patas, sus manos queeran como pequeñas garras, Gabriela cerro sus ojos con toda sufuerza para no ver el rostro, pero el niño dijo algo que la hizoabrirlos de golpe.



-Mami, porque no me miras a la cara?



Gabriela levanto su mirada y luego de gritar igual que lo hizoErick, se empezó a arrancar los ojos con sus dedos, era como si loque estuviera viendo fuera algo tan terrorífico, que les obligaba ahacerlo. Los vecinos encontraron ambos cadáveres sin ojos, nadie seexplicaba que podía haber pasado. Tal vez nunca se trato del hijoque no nació, tal vez era otra cosa, algo diferente, quizá algodespertó dentro de esa cajita de música que ahora esta allí,esperando ser recuperada por alguien.


Y tu de atreverías a escuchar...


La melodía del terror.


Y bien que tal- dijo la mujer conalegría.


Venezuela y Egipto se estaban abrazandocon fuerza.


Faraón se quieres regalarme algo quesea ropa o comida- dijo el sudamericano.

Lo mismo digo- hablo el árabe consímbolo dorado en su bandera.

Bueno sigo yo- dijo Irak.

la inspiración de mis poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora