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Ya terminaron las vacaciones y le digo hola al uniforme de la escuela; mis amigos me saludan y se sorprenden cuando me ven caminar de manera más natural, incluso me preguntan si ya puedo jugar futbol con ellos y yo les digo que puedo pero sin tanto esfuerzo, aquello me frustra mucho, tener que mantener mis fortalezas por debajo de lo normal me pone triste, solo quiero ser capaz de ser quien era antes.

―Ah mira, unos nuevos. ―dice Bachira mirando cómo unos entran al salón, parece ser de otras secciones, en eso veo a Kunigami entrar, sonrío y me acerco, él me sonríe de vuelta.

―Parece que no estaré solo. ―me dice alzando una mano y se la choco sonriendo.

―Parece que no, ven que te presento a mis amigos.

La sinergia de mis amigos con él fluye y me alegro que pueda sea así; tener a Kunigami ahora en el mismo salón me hace sentir todavía más cómodo, siento que podría ser un buen año.

Como era de esperar los chicos deciden jugar un poco, siempre me dignaba a verlos y quedarme con ganas mientras un sentimiento de nostalgia mezclado con tristeza me recorría, por lo menos ahora ello no iba a ser tan presente ya que por fin podría jugar con ellos; como era de imaginar mi resistencia había bajado mucho y por mucho que quisiera correr como antes no podía, el miedo latente de volver a lastimarme la rodilla seguía persiguiéndome, no podía dejar de pensar en ello y me desconcentraba parcialmente.

― ¡Cuidado! ―escucho a mi lado y veo como la pelota se acerca a mí, pude moverme con rapidez pero de igual norma el balón fue alcanzado por Kunigami, frenando el golpe que pude haberme dado si no me movía igual, se voltea y me mira con la respiración agitada.

― ¿Estás bien? ―se me acerca y me mira de arriba abajo, yo frunzo un poco el entrecejo.

―Sí, creo que mejor me voy chicos, ya se me hará tarde.

― ¡Chigiri, lo siento! ―es Bachira acercándose corriendo, me mira de arriba abajo y noto preocupación, dejen de hacerlo por favor― Perdón, Chigiri, pensé que recibirías el pase.

―Está bien, en serio, de igual forma ya me iba. ―trato de sonreír― Mañana continuamos, gracias.

Me despido y alejo de todos llevando mis cosas.

Es tan frustrante, pensé que una vez con mi pierna mejorada podría jugar como antes, pero el miedo se apodera de mí una vez que empiezo a moverme con el balón, es como si aquella seguridad mía se había esfumado desde aquel accidente; quizás no vuelva a correr como antes, mis sueños se habían ido desde aquel día y la impotencia de no ser el mejor se apodera de mi cuerpo; pensar en todo ello hace mis ojos humedecerse, pero trato de controlarme y no pensar en eso aunque se me sea inevitable cada día.

―Chigiri. ―escucho detrás de mí, es Kunigami, sobo mis ojos disimuladamente y volteo a verlo, está con dos botellas de agua― Ten. ―Me la alcanza y empieza a caminar a mi lado.

No digo nada y seguimos caminando en silencio, su casa queda en otra dirección pero decidió acompañarme al parecer, no me molesta tenerlo a mi lado pero me da vergüenza que puede que me haya visto casi llorar; el sol del atardecer nos pega el rostro y el silencio del vecindario se mezcla con la brisa suave que hay, solo puedo dignarme a tomar agua mientras caminamos.

―No quiero meterme mucho en este tema porque sé que te molesta. ―ante ello alzo la vista mirándolo― Pero si en algún momento quieres hablar de esto, yo puedo escucharte, Chigiri.

Sus palabras hacen que me detenga, parece no notarlo hasta que está a unos pasos frente mío, se gira y me mira, yo solo puedo quedarme estático tratando de procesar sus palabras; todo es nuevo para mí, esta nueva relación llamada amistad y confianza me estaban ablandando de a poco, aunque quería hablar de mis miedos con alguien nunca encontré con quien hasta que lo conocí, me hace sentir seguro. Esquivo su mirada y suspiro.

―Gracias Kunigami, sinceramente me alegra saber que puedo contar contigo, pero por ahora no me siento con la fuerza de hablar de esto. ―trago saliva un poco avergonzado, por muy amable que sea conmigo y me agrade, el que yo diga cosas así estaban fuera de mi zona de confort; noto como se me acerca y me abraza tomándome desprevenido, no puedo evitar sonrojarme, pero no lo separo por miedo a que el ambiente se ponga más raro.

El abrazo de un amigo se sentía reconfortante de una forma extraña, sobre todo este que era con el fin de consolarme; puedo escuchar su corazón si me concentro bien, y su respiración calmada que se juntaba con el calor de su cuerpo, me sonrojo de nuevo mirando a un lado; se separa y me da una palmada en el hombro con una sonrisa.

―Vamos, te acompaño a casa.

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¡Hola! Nos acercamos un poco más al momento de tensión de estos dos, heh heh heh ¡Espero les haya gustado! Besos y abrazos ;v; <3


R14

(Limy Alaaya)

「Desde que te vi 」(Kunigami x Chigiri) [Blue Lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora