Duelo

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Wanda:

-¿Wanda?-la voz de Maya me hace despertar de donde sea que estoy-¿Me dirás qué sucedió?

La miro, no se de qué habla.

-Tu mejilla-ah era eso.

-Estoy bien-miento.

-Siempre dices eso.

Al final siempre miento cuando se trata de decir lo que tengo o siento.

Pero soy humana después de todo, ¿no?

-Siempre estoy bien-suspira.

-¿Que hay de Nat?- sabía que iba a mencionarla-¿Todo bien? ¿Cómo está sobrellevando el duelo?

-Bien-le vuelvo a mentir.

-Vamos Wanda, no puedo seguir si tú no me dices algo concreto. No puedo descifrar te.

-Entonces no tiene caso seguir-me levanto de la silla.

-¿Ella lo hizo?

-¿Que?-me doy la vuelta.

-Tu mejilla, ese golpe, ¿ella lo hizo?

-¡No! ¿Cómo te atreves a decir eso?

Era peor, ¿cómo me atrevía yo a defenderla?

-Lo siento, solo, solo trato de ayudar.

-Pues no lo haces, Maya-trato de calmarme-no puedes hacerlo, ¿de acuerdo? Deja de tratarme como una más de tus pacientes, se supone que eres mi amiga.

-Ey, lo siento, pero si no hablas conmigo como tu amiga pensé que si lo harías como tú terapeuta.

Tenía razón, siempre la tenía y por ello no quería decirle nada.

Las dos amábamos a Natasha, y quizá ese había sido el problema. Ella no creería lo que dijera de Nat, aunque siempre dijo que ella me haría daño.

No se había equivocado, aún cuando después de aquellas afirmaciones venían risas.

-¿Podemos cambiar de tema?-le propongo y ella acepta aún cuando no quiere.

-¿Que tal está la pequeña Nat?

-Es feliz, es demasiado pequeña para darse cuenta de lo que pasa.

-¿Y que es lo que pasa?

-¿Te burlas de mí?

-Ey, respira y volvamos, ¿de acuerdo? Deja de estar a la defensiva, no todos saben lo que te sucede.

-Tu lo sabes-vuelve a suspirar.

-Bien, ¿quieres que sea directa? Lo seré, Wanda, y no como terapeuta ni como tu amiga, solo como una persona normal-la miro.

-Bien.

-¿Nat te golpeó?

-No.

-¿Que es lo que sientes, Wanda? ¿Por qué te mientes a ti misma?

-Porque no puedo con todo, Maya-quisiera hacerlo, pero no puedo.

-¿Si sabes que no debes cargar con todo tú sola, no? Era su hijo pero ¿por qué siento que tú eres la única que lleva todo el peso del duelo encima?

-Porque ella no está aquí, conmigo-tal vez nunca lo estuvo.

-¿De que hablas?

-Juega conmigo, finge no recordar nada para lastimarme-digo mientras ella no deja de mirarme-siempre lo hace.

-¿Ella te golpeó?

-¿Por qué...-frunzo el ceño-Por qué sigues con esa maldita pregunta?

-Porque quiero saber la verdad, Wanda, quiero ayudarte a superarlo.

-¿Superarlo?-me río-Se ve que no tienes una puta idea de lo que es perder lo que más te importaba en el mundo. Era mi hijo, Maya, mi primer hijo.

-Pero no es el único, Wanda-me hace caer-Aférrate a ella, porque te necesita, necesita a su, sus madres.

Se corrige y se acerca a mi para tomarme entre sus brazos.

-Te quiero, Wanda, pero debes dejar de reprimir te o vas a volverte loca.

-Lo se-tal vez eso ya está pasando.

Tal vez eso le pasa a ella.

Tal vez... Sigo justificando la.

-Trae a Nat, ¿quieres?-deja un beso sobre mis mejillas y me mira.

No digo nada, solo salgo del edificio para subir al auto y comenzar a sacar todo lo que reprime mi pecho, y mis estúpidas ganas de no llorar salen para inundar me en segundos.

¿Por qué no estás aquí, cuando más te necesito, Nat?

¿Por qué no dejas de desaparecer?

Grietas © | [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora