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—Mamá, ¿quieres que los Park se sientan muy humillados?—dije mirándola colocar el florero en el centro de mesa. Todo estaba reluciente y elegante. 

—Quiero que se vea lindo—respondió sin una pizca de gracia, me escaneó—¿no tienes que cambiarte? 

—Sí, ya voy—dije alzando los brazos evitando una discusión. Subí a mi habitación.

Quería verme bien para Jimin, pero no quería que pensara que quería verme bien, eso es difícil, demasiado difícil.

Me acerqué a mi ventana y observé a los Park salir de su casa en camino a la nuestra. Corrí a mi armario para cambiar de camisa y me la puse lo más rápido posible, el timbre sonó.

—¡YoonGi, ya llegaron, baja!

—¡Ya voy!

Bajé y los Park ya estaban dentro, la mamá de Jimin le entregó un par de postres a la mía, lucían muy bien.

El señor Park nos saludó a mí y a mi hermana, pero ella y sus hijas estaban más interesadas en subir a la habitación para charlar de quién sabe qué cosas. 

Papá apareció y saludó al señor Park con un apretón de manos.

—Debimos hacer esto hace mucho tiempo, adelante, pasen—dijo como si antes no hubiera estado en desacuerdo con la cena. 

Todos tomaron rumbos distintos y yo me quedé con Jimin al pie de la escalera.

—Hola—sonreí intentando disipar mis nervios. Él me miró sin devolver la sonrisa como siempre hacía—te ves lindo.

Mordisqueó su labio inferior y finalmente habló.

—Te oí con Jaehyun burlándote de mi tío en la biblioteca—dijo con mirada fría—no quiero hablarte, ni ahora, ni nunca. 

Me dejó ahí para irse a escuchar la conversación de mi abuelo y su padre. Agaché la mirada sintiéndome un tonto.

—Requería una máquina de movimiento perpétuo—dijo el señor Park y mi abuelo asintió comprendiendo—eso no es posible.

Pero Jimin interrumpió aquello de brazos cruzados.

—Si tuvieras dos polos cargados opuestamente con un conductor neutral...

¿Movimiento perpétuo? Yo me estaba muriendo, ¿y ellos hablaban de movimiento perpétuo?

¿Y cómo sabía Jimin de todo eso? 

—Vengan todos, la cena está lista—anunció mamá desde la cocina. 

Jimin dio dos pasos para ir hacia allá pero lo alcancé, di dos leves toques en su hombro.

—Jimin, ¿podemos hablar?

Se volteó y me miró sin decir nada. Así que comencé.

—Estuvo mal lo que Jaehyun dijo, lo sé. 

—¿Sabías que estuvo mal cuando lo dijo?—preguntó.

 —Sí... Quería golpearlo, pero, estábamos en la biblioteca.

—Así que estuviste de acuerdo y te burlaste—acusó peor que antes.

—Sí...—no pude decir más.

Jimin me analizó de arriba a abajo.

—Eso te vuelve un cobarde—dijo para ahora sí alejarse hacia la mesa. 

Me tuve que sentar frente a él durante toda la cena, papá tenía razón, una parrillada hubiera sido mejor. 

—Solamente quiero decir lo maravilloso que es que compartan la mesa con nosotros. Que sea la primera de muchas—dijo mi mamá con una sonrisa que los señores Park imitaron. Papá tosió.

Amor invertido | yoonmin | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora