Prólogo🍂

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- ¿Qué es esto, Rubius?

Frente a él estaba su esposo, con quien llevaba cinco años de casado. El contrario se limitó a suspirar de forma cansina, sin alejar el sobre que le tendía sobre la mesa.

Quackity le miraba confundido, todavía sin tomar el sobre. ¿Acaso Rubius se le había adelantado?

¡Si se suponía que el tema de la adopción sería una sorpresa!

- Quackity, solo leélo - dijo Rubius con voz suave.

Arrugó el ceño levemente, decepcionado un tanto de que Rubius lo hubiera llamado por su nombre y no por los dulces sobrenombres que a veces le decía y no usaba desde hace meses.

Quackity sabía que las cosas no estaban bien. Él no era idiota. Llevaban peleando por lo menos desde hace seis meses por cualquier estupidez, además de que no habían hecho el amor hace dos, y eso lo estaba asustando demasiado.

Porque, por mucho que él peleara con Rubius, Quackity lo seguía amando, así como sabía que Rubius lo amaba. Unas peleas eran normales en una relación de pareja, ¿no es así?

Aunque, claro, pelear cada día hasta porque no había papel higiénico en el baño no era normal.

Sus manos picaron mientras sostuvo el sobre.

Sumado al tema de todos sus conflictos y de que no se habían tocado de forma carnal, estaba la frialdad, el vació y la indiferencia. Como Rubius trabajaba en una empresa de construcción y Quackity era pediatra, apenas tenían tiempo para verse, salir juntos o para tener un tiempo a solas.

¿Cuándo fue la última vez que salieron a cenar?

No lo recordaba bien.

¡Pero estaba bien! Ya era hora de solucionarlo, y luego de haberlo pensado tanto, ¡Quackity tenía una idea maravillosa!

Se le había ocurrido mientras jugaba con el hijo de Staxx, Titi, y él pequeño le habia dicho que debería darle un primito con el que jugar. Luego, había recordado su época universitaria, cuando estaba saliendo con Rubius y ambos habían dicho que, una vez casados, llegaría el momento de adoptar un niño que alegrara sus vidas.

Con el paso de los años, esa promesa había sido olvidada, sin embargo, Quackity queria cumplirla ahora. ¡Un niño podría volver a acercarlos!

Y, al parecer, Rubius se le había adelantado.

Sí, ¡él también tenía los papeles de adopción que la asistente social le había entregado para que leyeran y se informaran del proceso!

Tranquilamente, sacó lo que había dentro del sobre.

Arrugó los labios cuando notó que era solo un papel.

Sus labios temblaron al leer la primera frase, así que levanto la vista.

- ¿Qué es esto, Rubius? - repitió con la voz quebrada.

Los ojos de Rubius, que fue su marido por cinco años, su novio durante 3 años, y el único hombre que había amado con tal profundidad, eran fríos, helados e indiferentes.

- Una carta de divorcio. Lo siento, Quackity, pero ya no te amo.

 Lo siento, Quackity, pero ya no te amo

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Holaa esta es la primera adaptación y historía que hago espero les este gustando, estare actualizando todos lo dias, chauu los quiero. ♡

★彡『 Aᴘᴇɢᴏ - ʀᴜʙᴄᴋɪᴛʏ 』彡★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora