Capítulo 19

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- Han hecho un trabajo excepcional. - pronuncio el jefe de los tres distinguidos y coloridos personajes una vez habían logrado finalizar con las peticiones de su cliente. - Excepcionalmente mediocre. - atacó arruinando la golpe la emoción de sus subordinados. - Metieron un héroe a mi casa. - soltó con tanta rabia y haciendo especial énfasis en lo de "mi casa". - ¿Creían que no me iba a dar cuenta?

El demonio estaba indignado, habia vuelto el ambiente pesado poniendo un aura rojo por toda la oficina y aumentando su tamaño por cada palabra que decía, sus colmillos se veian tres veces más filosos de lo normal sin mencionar que la sombra del gigante ente molesto cubría perfectamente a los tres que estaban horrorizados, ver al ensombrerado así nunca era de buen augurio.

Con una mínima esperanza de no perecer ante la ira de su jefe, la chica casi petrificada se dirigió a su compañero sin ser capaz de apartarle la vista al demonio.

- ¿Cual es el plan, doc? - le preguntó en voz baja, que crédula era la chica la mayor parte del tiempo. -

Ni el mejor elaborado plan del mundo podría salvarlos del enojo de ese demonio de negocios que vestía de alta costura victoriana diariamente.

- Correr. - respondió a duras penas. -

- Como si eso los fuera ayudar. - intervino su jefe, acercándose a ellos sin moverse de donde estaba, debido a lo mucho que había aumentado de tamaño para aterrorizarlos le basto con inclinarse para tener los rostros de los tres a centímetros del suyo. - Espero jamas se les vuelva a ocurrir tal brutalidad, - amenazó y sin esfuerzo alguno gracias a todo ese misterioso poder que tiene a los tres comenzó a ahorcarlos sin necesidad de ponerles un dedo encima. - se llamaban si vuelve otro bastardo con capa a poner un pie en mi casa, este no es un lugar para que ustedes jueguen al gato y al ratón con esos inservibles justicieros.

- Si, mi Lord. - pronuncio el de la bolsa que probablemente debajo de esa bolsa de papel estaba poniéndose purpura por como sonaba su voz escapar de su ahora tan apretada garganta. - Le prometo que no volverá - intento hablar pero, por mas que quería no podia por la falta de aire. - a pasar.

- Bawr baw. - dijo el oso cosa que no ayudo a nada a la situación que tenían los tres. -

El ente aplico más fuerza en la garganta de los tres.

La chica intento con desespero tomar aire pero, fue inútil, el color de su rostro se estaba tornando azul.

No soporto más y se desmayo causando una carcajada en el ente que soltó a los otros dos.

Tanto el oso como el chico tomaron aire antes de reaccionar de que su compañera estaba en el suelo inconsciente.

- Llévate a la mocosa antes de que la deje pelona, - ordenó el ente volviendo de brusco a su tamaño original alejándose de ellos. - y tú, - llamo la atención de la criatura celeste que estaba a poco de llorar. - tú te quedas hasta que yo diga.

Black Hat solía desquitar sus enojos con el pobre 5.0.5 gracias a que por su privilegiada y tambien desafortunada posición que era inmortal, el jefe podia sin problema alguno venir a torturarlo sin preocuparse de que su científico llorará por la vida corta que tuvo ese oso de peluche andante.

- VETE. - le repitió al de la bata. - ¡QUIERO QUE LO HAGAS AHORA! - demando él haciendo que a como pudiera el pobre chico tomo con dificultad a la chica en brazos para salir de la oficina. -

- Te pesa el mambo. - se quejo por no poder soportar con facilidad el peso de su compañera. -

Curioso que si fuera al revés la chica tendría cero problemas con él en sus brazos.

Le iba a tocar llevarla por su cuenta hasta el laboratorio.

Acomodo a la chica en sus brazos lo mejor que pudo para seguir su trayecto al laboratorio.

°Amantes de Medianoche° DemenflugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora