- ¡Deja de tocarme! - exclamó el chico que ahora utilizaba una bolsa de papel con un par de goggles que escondían a la perfección el color de sus ojos y también la forma de los mismos. - ¡Eres insoportable! - acusó histérico, tenia buen tiempo lidiando con unos villanos que debía entrenar de alguna manera. -
Hoy le tocaba estar de maestro y era algo que le desagradaba en todos los aspectos posibles por qué siempre que debía darle clases o entrenarlos sus estudiantes no debajaban de estar encima suyo respecto al tema de que él tapaba su rostro.
Particularmente siempre habían unos jóvenes (y en el peor de los casos adultos ya de edad) más atrevidos que otros que sin pudor intentaban quitarle lo que llevaba en el rostro.
Justo ahora tenia a un chico lleno de problemas y las manos llenas de pólvora por querer practicar sus habilidades con el fuego.
Se acerco a él intentando quitarle la bolsa junto los goggles para dejar ver su cara.
- Ha de ser deforme y lleno de cicatrices. - grito un chico al fondo. -
- De seguro tiene varias mordidas en se cara como en su cuello. - grito una chica y eso le colmo la paciencia. -
Se alejo del estudiante que seguía físicamente cerca de él sin dejar de pelear con sus manos con él hasta ese instante.
Iba vestido de jeans azulones algo maltratados, estaban rasgados en la zona de las rodillas con varias manchas negras, una camiseta negra plana y una bata blanca.
En esta bata mantenia lo necesario para mantener a raya a estos indómitos niños metidos en el cuerpo de varios mayores de veintiún años.
Para ese entonces solo se le permitia llevar armas tranquilizantes pero, era justo decir que eso no metia en miedo a esos malcriados así que él mismo se las arreglo para armar un rayo que les provocaría un dolor insoportable por al menos unos diez minutos.
"Estas armas son mis únicas amigas en este lugar". - pensó sacando su invento del bolsillo derecho de la bata. - "Por lo menos me ayudan en estar en una pieza en medio de este caos".
- Un paso más y desearás haber dejado de molestar, niñato estúpido. - amenazó en voz alta apuntando al pecho del joven villano que iba vestido de rojo de pies a cabeza. -
El tipo rio cinicamente ante la amenaza que él creía era vacía y solo una acción desesperada de su parte para que él dejará de molestarlo tanto.
Dio un paso para caer al suelo por el impacto del arma contra su pecho y un grito ahogado escapó de su boca con tanta fuerza como la de una persona que le acababan de destrozar toda su mano una enorme pieza de concreto.
- Esto también es para ustedes, - se dirigió al resto los presentes apuntandolos con el mismo rayo. - en especial al próximo que hable de mi maldita cicatriz, - hizo énfasis en lo de la cicatriz, eso fue lo que más lo enfado. - la pasará peor que su compañero que tiene el ego por las nubes. - remarcó él una vez ya tenia a todos en silencio. -
Esa cicatriz iba a ser algo que nunca lo dejaría en paz, para su desgracia siempre estaba a la vista, nunca pasaría desapercibida.
Por un lado si queria ver algo bueno de ello era que es como si de alguna forma su ex compañera de habitación hubiera dejado algo muy de ella acompañándolo a todo instante.
Él no iba a dejar que esos insolentes volvieran a decir algo al respecto de esa marca, ellos nunca sabrían el significado y la historia tras ella pero, bien, él nunca daría esa información a ninguno de ellos, ¿Para que?
¿Por que él iba a decirles algo asi?
Eso seria algo solo de él, nadie iba a tener ese contexto por más que alguien quisiera saberlo.
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°Amantes de Medianoche° Demenflug
Fiksi PenggemarEn un tiempo no tan lejano al presente cuando tres seres tan extremadamente peculiares como lo son Demencia, la chica de pelo verde, Flug, el chico inteligente que se tapaba el rostro a como diera lugar, Cecilia, la chica rosada y por último y no me...