Sakura llevaba días distraída, tenía en sus manos algunas fichas de sus pacientes pero no podía concentrarse, no desde que Sasuke había vuelto.
-¿Todo bien? –
Tsunade, la famosa y reconocida doctora que guiaba el internado de la pelirosa la observó con preocupación, hace días que notaba que Sakura parecía estar en cualquier lugar menos en el hospital, sin duda algo debía preocuparle.
-Es el padre de Sarada – admitió Sakura sin ánimos – Ha vuelto y no sé qué hacer –
Tsunade había sido maestra de Sakura en la universidad, había visto a su alumna convertirse en madre y también en la mejor estudiante de su generación, ella más que nadie sabía la historia de Sakura y aunque no era de su estilo encariñarse con sus alumnos, la historia de Sakura la había conmovido lo suficiente como para comenzar a quererla, y no solo eso, llevársela al hospital para que sea su practicante.
-¿Sarada ya sabe todo?-
Sakura negó con su cabeza.
-Él envió un mensaje de texto para que guardase su número, desde entonces no ha dejado de llamar-
Tsunade observó a su alumna, veía a Sakura tan madura y realizada que a veces olvidaba que era solo una chica de 24 años, aun le quedaban cosas de la vida por aprender.
-Sé que desconozco todos los detalles pero estoy segura que sabrás como manejar todo de la mejor manera, llevas haciéndolo bien todos estos años, esto no va a derrumbarte – Tsunade colocó una mano sobre la espalda de la pelirosa en señal de apoyo y le sonrió – Podrías comenzar hablando con Sarada, es una niña tan madura para su edad que sin duda sabrá entenderlo –
Sakura sonrió, definitivamente haber hablado con Tsunade la hizo sentir mejor, tomó las fichas y continuó con sus labores, le quedaban solo un par de semanas para acabar finalizar con el internado, sería médica y podría comenzar con la especialización, otros tres largos años más.
Cuando terminó de revisar todas las fichas y atender a un par de pacientes que tenían chequeo rutinario se dispuso a caminar a la recepción para avisar a la recepcionista que tomaría su hora de colación y descanso. Un cotilleo a mitad del pasillo de unas enfermeras la distrajo.
-Es guapísimo, parece un modelo o idol, definitivamente debe ser uno-
Con curiosidad más que cualquier otra cosa, la pelirosa se acercó a la recepción para ver de quien hablaban las enfermeras, su sonrisa se borró en el instante que unos ojos negros hicieron contacto visual con ella.
Se acercó con su corazón latiendo a mil por horas, su paso era firme, estaba molesta ¿Qué hacía Sasuke Uchiha en su lugar de trabajo?
-Por favor acompáñame a mi oficina – dijo cuando estuvo a centímetros de él –
El Uchiha la siguió sin decir nada mientras las enfermeras observaban con curiosidad, entró al despacho que decía "Doctora y Directora del Hospital Tsunade Senju" y cerró la puerta tras de sí.
Sakura tomó asiento y Sasuke hizo lo mismo del otro lado de la mesa de escritorio que se interponía entre ambos.
-¿Qué haces aquí, Uchiha? No puedes presentarte a mi lugar de trabajo sin avisar-
-Sarada – dijo Sasuke yendo directamente al grano- es mi hija-
Sakura soltó una acida carcajada y negó con su cabeza.
-¿Y qué quieres que haga? ¿Quieres que te lleve a casa hoy y le diga a Sarada que ¡sorpresa! Su padre apareció después de seis años? ¿Crees que es así de fácil?
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180, DESPUÉS DE
FanfictionSegunda parte de 180: ANTES DE [Primera parte en el perfil]