VII

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Sakura hizo la clase que Tsunade tenía en la universidad y al terminar tomó el transporte público hasta llegar lo más cerca de la casa de Naruto y Hinata.

Decidió escribirle por mensajes a Hinata para visitarla y ella había aceptado, la pelirosa necesitaba urgente alguien con quien conversar y su mejor amigo ya no era una opción.

Tocó el timbre de la que había sido la casa de los Hyuga y fue Naruto quien la recibió.

-Sakura – dijo el rubio con una sonrisa en su rostro – que sorpresa –

Naruto le dio un apretado abrazo a Sakura que ella no supo cómo responder y luego le sonrió.

-¿Cómo estás? Vamos a mi despacho - dijo con emoción el rubio de volver a ver a su amiga –

-En realidad – lo detuvo Sakura – vengo a visitar a Hinata, he quedado con ella –

La sonrisa de Naruto se borró mientras Hinata se asomaba detrás del rubio con una sonrisa.

-Sakura – dijo con voz animada la peliazul – adelante –

Sakura pasó de Naruto y siguió a Hinata hasta la cocina, en donde la peliazul tenía dos copas de helado ya servidas.

-Toma una por favor – le dijo Hinata – el embarazo me tiene con los antojos por las nubes –

Sakura tomó la copa y comenzó a tomar del helado y allí con Hinata pudo encontrar una amiga con la que desahogarse y llorar, no le importaba si la peliazul le contaba todo a Naruto después, a Sakura solo le interesaba que alguien pudiera escucharla.

Hinata también habló de todas sus preocupaciones y se agradecieron mutuamente el tenerse la una a la otra.

Sakura caminó hasta la casa de Sasuke cuando ya estaba entrando la noche, les había permitido tener una tarde de padre e hija a Sasuke y Sarada y esperaba no arrepentirse por ello.

Tocó la puerta y espero impacientemente, quería ver a su hija, necesitaba saber que estaba bien, le había dado un voto de confianza a Sasuke y esperaba que él le correspondiera.

Sasuke abrió la puerta con un overol blanco manchado de pintura rosado pastel.

-Sakura – dijo observándola – adelante –

Sakura entró en casa del Uchiha y observó la sala llena de cajas enormes.

-¡Mamá! – escuchó desde la cocina –

Sakura caminó hasta la cocina y vio a su pequeña con un pequeño overol blanco también manchado con pintura. Frente a la pequeña había una caja de pizza.

Sasuke colocó otro plato para Sakura y en él puso una rebanada de pizza.

-Estábamos cenando –

Sakura sonrió y se sentó con ellos, Sarada comenzó a hablar muy emocionada de todo lo que habían tardado en pintar el cuarto y lo bien que había quedado.

-Hay que esperar que la pintura seque y podremos armar los muebles para tu habitación- le dijo Sasuke a Sarada –

-Bien ¿y qué haremos mañana entonces? – Dijo Sarada emocionada - ¿Ustedes decorarán su cuarto también? –

Sakura abrió sus ojos sorprendida y observó a Sasuke quien se encontraba sorprendido también.

-¿Qué? – dijo Sakura –

-¿No decorarán su cuarto? –

-¿Qué cuarto? – volvió a insistir Sakura –

-El cuarto que comparten los padres cuando tienen hijos – dijo con una sonrisa –

180, DESPUÉS DEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora