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Sakura se sentó en el sillón y encendió el televisor, aunque le alegraba que Sarada pasara tiempo con Sasuke no podía negar que comenzaba a extrañar pasar tiempo con su hija. Cada vez que Sasuke dejaba a Sarada en el apartamento, y preguntaba si podía ir por Sarada al día siguiente la pelirosa se sentía tentada a decir que no pero su corazón no se lo permitía por distintas razones: la primera es que Sarada la observaba con ilusión para que ella dijera que sí y la segunda es que sabía que Sasuke ya había estado solo mucho tiempo y aunque odiara preocuparse por él, lo hacía.

Eran las siete de la tarde, Sakura se levantó y decidió que mañana cocinaría algo especial para Sarada, no le negaría a Sasuke pasar tiempo con su hija pero sería en la tarde, después de que ella pudiera almorzar con su hija.

Se dirigió al supermercado caminando porque no quedaba lejos y cuando estuvo allí compró todos los ingredientes para preparar lo que sería una deliciosa lasaña. Su teléfono sonó en ese instante, era Sasuke.

-Hola – saludó Sakura - ¿Todo bien con Sarada? –

-Sí ¿Dónde estás? Vine a dejarla pero no hay nadie en el apartamento –

Sakura cerró sus ojos con culpa, se había olvidado por completo antes de ir al supermercado que Sasuke deja a Sarada a esa hora.

-Estoy en el supermercado comprando algunas cosas –

-Bien, vamos por ti –

Sakura terminó de comprar y espero en el estacionamiento, reconoció el auto negro de Sasuke y se dirigió hasta allí.

-Lo siento – dijo Sakura apenas vio a Sasuke bajarse de su asiento para ayudarla con las compras – vine por unas cosas para el almuerzo de mañana – dijo eso observando a Sarada con una sonrisa- comeremos lasaña –

Sarada sonrió y soltó un grito de emoción.

-¿Puede venir Sasuke? Mamá prepara la mejor lasaña de todas Sasuke, tienes que probarla – dijo la pelinegra observando a su padre, quien sonreía incomodo-

-Por supuesto – dijo Sakura no queriendo matar la ilusión de Sarada – Sasuke puede venir –

Sasuke observó a Sakura y asintió en forma de agradecimiento.

-¿Compraste dulces de cherry? – le preguntó Sarada a su madre –

Sakura negó con la cabeza, siempre le compraba una bolsa a Sarada cada vez que iba al supermercado pero ahora lo había olvidado por completo.

-Lo siento mamá lo olvidó –

-Yo iré por ellas, no tardo –

Sasuke se dirigió al supermercado mientras Sakura se sentó en los asientos traseros con Sarada.

-¿Cómo la pasaste hoy con Sasuke? – preguntó la pelirosa con curiosidad –

-Bien, ya estoy aprendiendo a nadar, en un par de días ya no necesitaré de mis alitas ni ayuda de nadie – dijo con orgullo Sarada –

-Excelente, siempre eres la mejor en todo ¿no? – dijo Sakura acariciando su cabello –

-Sí- Sarada sonrió –

Unos gritos alertaron a ambas, provenían dentro del supermercado, Sakura observó cómo los guardias de seguridad que se encontraban fuera del recinto tomaban sus radios y comenzaban a gritar desesperados.

-¿Qué ocurre? – Preguntó Sarada preocupada – Mamá ¿Qué ocurre? –

Sakura observó a su alrededor y el sonido de un disparo se escuchó por todo el lugar, los ojos de Sarada se colocaron vidriosos de la impresión.

180, DESPUÉS DEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora