09.

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Un dulce tarareo se escuchaba por los espaciosos lugares de la casa. Quién los emitía era ni más ni menos que Abby.. Estaba escuchando a Rodrigo "El potro" y su famosa canción "El amor sobre toda diferencia social". Un temon sí hablábamos sobre cuarteto.

Hasta qué boludeando un rato se percató de algo.

"23:59" Marcaba el reloj de pared que su padre tiempo antes le había regalado. Algo que no lo veía muy útil, pero en casos así lo era.

Dio un suspiro y comenzó a apurarse. Estaba moviendo la salsa hace media hora y se había olvidado por completo de amasar la masa, que ya llevaba un rato leudando. Al parecer Rodrigo la había enganchado esa noche.

Al principio iba a dejar todo (cómo siempre) a medias. Pero recordó la principal razón y empezó a amasar.

Estaba haciendo las famosas pizzas caseras que le había enseñado su abuela hace varios años y rogaba que esta vez no le fallarán, puesto a que esa noche tendría de invitado al mismísimo Enzo Fernández, quién horas antes había aceptado su salida.

—Se me llegan a quemar y me mato.— Hablo para si misma. Esperaba que con la poca suerte que tenía, el azabache le avisará con tiempo que llegaba.

Siguió y siguió hasta tener la contextura que ella quería.. Igual a la de su abuela o al menos parecida. Cuándo las colocó en las bandejas automáticamente las llevo al horno que anteriormente había sido prendido para que estuviese a la temperatura que necesitaba.
Se quedó sentada al frente, iba a esperar a que se cocinara un poco y luego les pondría lo demás.

Una vez más se había dado cuenta de que ya eran las "00:10". Estaba llena de harina asi que le rogó a Dios que en esos minutos que ella no estaba las pizzas no se quemarán.

Cuándo iba subiendo ya empezaba a quitarse prendas. Desde el calzado hasta la remera y viceversa.

Entró rápido agarrando la primera remera que vio en su placar. Para su suerte era una de encaje, bastante fresquita lo que le aliviaba por el calor que hacía afuera. No la pensó mucho y lo acompañó con short negro que buscó, al igual que las Converse que nunca le fallaban.

Ya estaba lista, sólo debía apresurarse.

Al darse los últimos retoques el instrumental de "At my worst" se pudo escuchar desde su habitación. Alguien la estaba llamado así que corrió lo más rápido hasta la cocina suponiendo que era Enzo, estaba segura, pero apenas llegó suspiro. Era Julián.

—¿Qué pasa?— En cuestión de segundos le respondió. Sonaba natural pero realmente el corazón le iba a mil.

—Ay, ¿Sólo porque no soy Enzo me tratas de esa forma tan hostil y brusca? Que feo de tu parte.— Sonaba indignado Juli desde el otro lado de la linea. No se lo había tomando enserio, su risa no era para nada disimulada.

—Boe. Dale, Ju. Habla.— Le repitio. Una sonrisa estaba en su rostro.

—Na. Era para avisarte que tu AMOR ya está yendo para allá. Cómo está manejando me dijo que te avise, porque sino después se olvida.— Remarcó tanto la palabra qué no le sorprendía si los vecinos también lo escuchaban.

—Después te agarro a vos, pero gracias. Te quiero, araña de dos patas.— Suspiro. Al final si río.

—Yo también bichito sin antenas. Después me contas todo eh—.

—Si,si,si. Chau, nos vemos.—.

Apenas cortó dejó el celular en la mesada. Saco una de las bandejas y vio que se encontraba bien, así que comenzó a esparcir la salsa, después las fetas de jamón, el queso, el orégano y por último las aceitunas. Ella no las comía, pero por si las dudas. Hizo eso mismo con las dos que le restaban.

𝗨𝗡𝗜𝗧𝗘𝗗𝗦  |  Cancelada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora