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—¡Ma-Mamá, cálmate!—Intento consolar a mi madre.—
Estaba hablando por teléfono con ella ahora por que mi batería estaba baja y no sabía cuanto más duraría. Andy y Lauren estaban a unos metros de distancia, junto al coche, esperándome y cuidándome, mientras Caitlin estaba hablando por teléfono con Reed.
No podía dejar que mi madre se preguntara dónde estaba, estaba segura de que cuando vuelva a casa, Sentinel Services estará allí.
—¿Es-Estás a salvo? ¿Te atacaron los mutantes?—Ella grita de pánico.—
—No, mamá... no atacaron a nadie—
—¡Bueno, por la apariencia de la escuela destruida, puedo diferir, Lux!—
—Mira, mamá... Tengo que irme, por un tiempo— se me rompe la voz—Los Struckers cuidarán de mí. No estaré en casa—
—Espera, ¿un tiempo? Espera, ¿qué está pasando?— Mi madre me preguntó.—
—No puedo hablar mucho, mamá. Es solo para tu protección...—
—¿Para mi protección? Cariño, ¿se trata del ataque mutante? No te preocupes, esos motines serán tratados por Sentinel Services—
—No, ma..—
—Eso es lo que hacen los muties. Todos son terroristas—
—¡Mamá, yo soy la mutante!—Me rompí.—
Hubo una pausa silenciosa en el otro extremo, todavía podía escuchar el fuerte aliento de mi madre a través del teléfono. Podía imaginar que su cara se giraba contra mí, irradiaba a través de mí.
—Mamá... todo fue un accidente. No quería lastimar a nadie. Andy acaba de descubrir sus poderes, y tuve que asegurarme de que nada cayera sobre nosotros, así que...—Incluso con mi explicación, mi madre no me dio una respuesta.—¡Mamá! ¡Responde, vamos!—Empiezo a gritar.—
—Lux. Nunca vuelvas a mi casa. No vuelvas nunca a esta ciudad o te lo juro, me asegurare de que te arrepientas. Tú... muti—mi madre ruge de odio.—
—¡Mamá, no quieres decir eso!—Digo, con lágrimas cayendo por mis ojos. —Eres mi madre—
—No soy tu madre. No eres hija mía—se ríe—Si poner a mi propio hijo en manos de Sentinel Services y no arrepentirme, por un maldito segundo, estoy segura de que significa repudiar una de mis mayores decepciones—
