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«  DRAGONES EN VUELO »

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Aunque Jacaerys podría considerar que eso era una mala idea, la sonrisa plasmada en el rostro de Aegon era demasiado bonita como para decirle que no.

Los jóvenes se habían reunido en la playa, con una pequeña fogata ilumando y calentando la noche fría y oscura.

En un principio el ambiente se sintió tranquilo y relajado, con Lucerys tomando la mano de Aemond por lo bajo.

Daeron contando un par de piedras blancas que encontró y Joffrey viendolo atentamente.

Mientras que por otro lado, estaban Aegon y Jacaerys riendo por los pequeños murmullos que compartían.

Las dos únicas mujeres en el grupo eran Baela y Rhaena, ambas hermanas observaron con atención el ambiente demasiado lindo y bonito que envolvía a cada pareja.

—Te lo dije. —Baela susurro hacia Rhaena.

—Entonces si están juntos.

—Lo están.

Baela sonrió a su hermana, cualquiera pensaría que tendría problemas al saber sobre la "relación" de Jacaerys y Aegon, pero por el contrario se sentía feliz de que su hermanastro este feliz y este al lado de la persona que provoca esa sentimiento.

—Oh, ahora que lo pienso. No te felicité por tu dragón, Rhaena. —Habló Aegon de pronto rompiendo el ambiente silencioso.

—Silverwing, una dragona hermosa y veloz. —Opinó Daeron.

—Gracias, Primos. —Rhaena sonrió hacia los dos Príncipes en respuesta.

—Aunque si hablamos de experiencia, Vhagar gana..—Aemond mencionó, captando la atención de los demás y moviendo su copa.

—Si, pero es vieja.

Hubo un risa que se escucho debido a la respuesta de Aegon y la expresión que puso Aemond al oírlo.

—Aegon..

—¿Que? Es cierto, Vhagar está vieja. —afirmó seguro Aegon, sonriendo e ignorando la mirada de su hermano.

—Al menos mi dragona, no es engreida.

—Ey! Con Sunfyre no.

Una par de risas de los demás.

—Sunfyre es un dragón bastante hermoso. —Intervino Joffrey con la intención de aliviar la conversación de los hermanos.

—Ja! En tu cara. —Aegon señalo a Aemond sonriendo victorioso. —Como te quedó el ojo.

Lo siguiente fue un silencio, al ambiente se puso tenso de pronto pero cuándo fue Lucerys quien soltó una risa ligera, todos lo siguieron, hasta Aemond que sonrió amplió y Aegon se encogía más en su sitio al no pensar muy bien sus palabras.

𝐋𝐄𝐀𝐋𝐓𝐀𝐃 𝐀𝐋 𝐀𝐌𝐎𝐑 - Lucemond & Jaegon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora