Día 3. Chimenea

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3 años 9 meses

Cuando Hana estaba cerca de los cuatro años, la familia Ryuguji-Sano decidió hacer un viaje para vacacionar y disfrutar. En el viaje los acompaño Sakurako y la familia Sano-Imaushi, para que sus hijos pudiesen jugar juntos. Natsuko no tenía hermanos porque sus padres decidieron solo tener uno, mientras que Hana aún era pequeña y sus padres no habían contemplado la idea de tener más, aunque no negaban la posibilidad de darle un hermano o hermana a Hana a futuro.

La pareja de Kakucho e Izana no asistieron porque el filipino ya había planeado otras vacaciones en Filipinas y donde buscarían la posibilidad de adoptar un hijo, pues Izana no era un doncel como su hermano o cuñado.

Todo tenía que ir bien en sus vacaciones soñadas, se fueron de paseo a unas montañas para poder esquiar, disfrutar el paisaje nevado, beber chocolate caliente junto a una cálida chimenea, y mientras Sakurako cuidara a los nietos, ambas parejas podrían ir a una cena romántica y poder pasar una Navidad de ensueño.

Sin embargo, el destino siempre tenía preparadas otras cosas para ellos.

Las cabañas que habían alquilado para la ocasión tuvieron un error en el sistema, por lo que solo quedaba una disponible y algo retirado de la villa donde se hospedarían. Si bien contaba con lo necesario, la cabaña estaba algo lejos. Aunque Mikey reclamo nada pudieron hacer más que aceptar o cancelar y regresar al aeropuerto con todo y sus maletas, si ya estaban ahí lo mejor era aceptarlo.

Después, una de las maletas de Shinichiro se extravió en el camino. A saber, donde la dejo Dios.

Y cuando las cosas no se podían poner peor, un estúpido, a palabras de Manjiro, empujo a su esposo cuando estaban esquiando provocando que este se cayera y rodara algunos metros de forma agresiva. El resultado, Draken termino con un esguince en su pie derecho y algunas lesiones leves más arriba.

Mikey quiso darle una paliza al que empujo a su esposo, pero su hermano mayor se lo impidió, al menos el sujeto se hizo responsable de los gastos médicos.

El rubio estaba completamente frustrado porque las vacaciones que él había planeado para su familia, no estaban resultando como quería y encima regresarían con su amado herido de un pie. El gesto de mal humor en su persona no se borraba con nada. Ni siquiera con una taza de chocolate con extra malvaviscos y sus taiyakis favoritos. Tenía ganas de llorar por el enojo y mandar todo a la mierda e irse cuanto antes a casa, y apenas llevaban tres días de sus vacaciones de una semana completa.

—Mikey, cariño. Estoy bien, no es nada grave —Ken intento calmar a su esposo, pero nada funcionaba. Su suegra se había llevado a los niños afuera para hacer ángeles de nieve mientras adentro de la cabaña, los demás adultos intentaban relajar a la bestia.

—Ya no puedes esquiar o patinar...

—Tu aun puedes hacerlo, Mikey.

— ¡No es lo mismo! ¡Quería hacer esas cosas contigo! —inflo sus mejillas, se cruzó de brazos y empezó a dar pisadas fuertes en el piso.

Wakasa, Shinichiro y Draken pensaron que aún era un niño en ocasiones.

—Ven aquí amor —Ryuguji estiro sus brazos esperando que Mikey le alcanzara y se sentara a su lado en el sofá.

—Aún hay muchas cosas que pueden hacer ambos, aunque Draken no pueda caminar —intento dar otra sugerencia Wakasa—. ¿Verdad que sí, Shin-chan?

—Claro, no es el fin del mundo, Manjiro. Aun nos quedan cuatro días más de vacaciones, no dejes que esto te amargue la Navidad —su hermano le llevo una taza más grande con extra chocolate y bombones.

Drakey Week 2022 Christmas-NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora