Capitulo uno-Vida cotidiana

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La luz del amanecer comenzó a entrar a la habitación, el ruido de la gran ciudad se empezaba a hacer más estridente mientras el día iniciaba para todos los demás.
En cambio, Shinji, no sentía este cambio horario, pues estaba sumergido en la pena y la amargura del duelo en el que se sumergia cada vez más.

Su madre, Yui Ikari, ya no estaba con el, ella pasó a mejor vida en un accidente laboral, dejando devastados a todos los cercanos a ella, en especial a su hijo.

Había pasado un mes desde el siniestro, pero Shinji aún no conseguía conciliar el sueño por más de unas horas, pues los recuerdos de su madre inundaban su mente.

Entonces abrió los ojos, viendo aquel techo que empezaba a aborrecer, y decidió comenzar su rutina diaria.

En el baño, al mirarse al espejo, el castaño pudo notar como sus ojos lucían cansados y rojizos, ya que no había dejado de llorar por mucho tiempo, estaban llenos de ojeras y bolsas que le hacían ver demacrado.

Ya listo para ir a clases, se despidió de su padre, que ni se dignó a mirarlo o despedirse de vuelta, al comenzar a caminar junto a su hermana, un sepulcral silencio se formó rápidamente, uno al que Shinji ya estaba acostumbrado, pues su hermana no le hablaba, y sabía que era inútil intentar entablar una conversación con ella.

-Tonto Shinji, parece que tendré que recordarte el no meterte conmigo!- Proclamaba la pelirroja mientras le daba una leve palmada al hombro al castaño, ella era Asuka Langley Sōryū, la chica popular de la clase, el pobre Shinji tuvo la desgracia de chocar con ella al entrar al salón.

Luego de una lectura extensiva y un par de leves golpes, Shinji se sentó en su sitio y se distrajo viendo a la ventana mientras esperaba a la profesora.

Entonces dos chicos se acercaron a Shinji, sus dos amigos, Kensuke Aida y Tōji Suzuhara, quienes lo saludaron e intentaron darle tema de conversación sin mucho éxito.

Una mujer rubia entró a la sala, esta era la profesora de ciencias, Ritsuko Akagi, quien empezó a poner orden en el salón mientras decía unas palabras.
-Venga chicos, dejaos de cháchara que tengo noticias importantes-.
Esta hizo un ademán y un chico entró a la sala, dejando a todos sorprendidos.

Los murmullos se hicieron presentes mientras Shinji seguía mirando a la ventana sin prestar atención, la profesora sonaba de fondo en su mente hasta que pronunció unas palabras que lo hicieron salir de sus pensamientos.

-Este es Kaworu Nagisa, por favor, tratadlo bien- Dijo la maestra mientras Shinji abría los ojos como platos, había oído bien? Realmente era el chico que recordaba de su infancia?

Este giró lentamente la cabeza, sumido en un huracan de sentimientos que sólo estaban presentes en su mente, y entonces, sus ojos se cruzaron con aquellos orbes carmesí que recordaba a la perfección.

Realmente era él...

Se tragó las ganas de levantarse y darle un fuerte abrazo, mientras el de pelo grisáceo le dedicaba su tierna sonrisa que recordaba a la perfección, Shinji seguía completamente ensimismado mientras la profesora mandaba a Kaworu a sentarse en el sitio libre de la clase, a la otra punta del salón, evitando al pobre castaño el seguir viendo a su amigo de la infancia.

Parece que la rutina se había roto, dando un giro de ciento-ochenta grados, que deparará un futuro incierto

°•Obsesión insana•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora