➳Luego de que su esposa le pidiera el divorcio y conociera a cierto chico en el gimnasio de su mejor amigo después de ir a liberar sus frustraciones, Sunghoon se da cuenta que quizás no es tan heterosexual como pensaba.
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Estaba avergonzado.
Sunoo mantenía sus manos cubriendo su rostro que en este momento se comparaba con un tomate. Las imágenes de la noche anterior seguían reproduciéndose en su mente, el completamente hecho un desastre debajo de Sunghoon. No puede creer que realmente se haya acostado con el amigo del novio de su mejor amigo y a la vez su jefe.
Él pelirosa podía escuchar al mayor en la cocina, hace unos minutos atrás se había despertado, con su mente aún nublada por el sueño, se sobresaltó cuando se vio completamente desnudo en una cama desconocida. Hasta que como una alarma, los recuerdos lo despertaron de un sopetón, la vergüenza lo golpeó como un puñetazo y su rostro enrojeció hasta que sus orejas estaban ardiendo. Aún con el bochorno pintando su rostro, buscó a tientas su mochila, gimiendo cuando recordó que dejó todas sus cosas en el editorial. Después que fue a ver a Sunghoon, y bueno, terminaron enredados de esa forma, olvidó por completo todo incluyendo su nombre.
Así de bueno besaba ese hombre que hasta sus pertenencias quedaron en segundo plano.
Con un quejido, enredo la sábana alrededor de su cuerpo y empezó a buscar algo que ponerse para cubrir su desnudez, su ropa estaba hecha un montón de jirones inservible al otro lado de la habitación. Sunghoon ni siquiera midió su fuerza y prácticamente le arrancó la ropa, Sunoo cerró los ojos y negó con fervor cuando fragmentos del perfil de Sunghoon todo sudoroso, desordenado y caliente arribó con rapidez su mente.
¡Deja de ser pervertido Kim Sunoo!
Pero no podía evitarlo cuando aún sentía los besos del hombre mayor muy frescos en su piel. Sunoo gimió bajo tratando de despejar todos esos pensamientos pecaminosos que empezaban a martirizarlo, con un suspiro pesado empezó a mirar a su alrededor en busca de algo para verse medio decente y bajar con el mayor.
Sunoo noto un cárdigan azul colgado al otro lado de la habitación, apresó la tela alrededor de su cuerpo, caminó hasta el suéter tejido que a simple vista era bastante grande, probablemente le quedaría ancho. Él pelirosa dejó caer la sábana de su cuerpo y tomó entre sus manos el cárdigan, cuando se giró para colocárselo encima casi gritó al ver su reflejo en el espejo colgante que estaba frente a él. Su cuello, sus clavículas, su pecho y sus pezones estaban decorados su con manchas púrpuras. Sus ojos avellana bajaron hasta su cintura y caderas, espantándose al ver las huellas dactilares del hombre mayor marcando su tierna carne con diferentes tintes magenta.
Ciertamente ellos enloquecieron bajo las sábanas, no quería ni ver las líneas rojas que absolutamente él dejó marcada en la espalda de Sunghoon.
Salió de su estupor en el momento que escuchó la puerta principal abrirse. ¿Sunghoon habrá ordenado comida? Desde hace lo estaba escuchando maldecir y despotricar por no poder preparar lo que sea que esté intentando cocinar. Con prisa dejó caer el suéter sobre su menudo cuerpo, importándole menos que no llevara nada debajo, ni mucho menos que la tela flotara en su figura dejando a la vista sus clavículas marcadas y sus muslos lechosos. Bajo las escaleras de dos en dos con una sonrisa preparado para sorprender al mayor, el pelirosa quiso negarlo muchas veces, pero en definitiva el estaba sintiendo otro tipo de emoción además de lujuria hacia Sunghoon. No era normal que se sintiera tan nervioso o que miles de mariposas estallarán en su pancita cuando veía al mayor. Incluso su solo toque hacía temblar sus rodillas hasta volverlas gelatina mientras su corazón latía frenético al verlo sonreír.
