La Confesión

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Poder, fama, riquezas.

Eso es lo que ofrece el tesoro del difunto Rey de los Piratas Gold Roger, el codiciado One Piece, con esto dio inicio a la Gran Era Pirata, en donde un joven decidido a tomar este tesoro se aventuró en las turbulentas aguas de este mundo, que sin importar que adversidad enfrentase la vencería, si caía se levantaba las veces que fuera necesarias.

“¡¿Nami ya terminaste?!”, exclamó Luffy impaciente ante el trabajo de la navegante.

“Si no estuvieras aquí molestando y hartándome, ¿crees que terminaría?” contesto Nami con una cara sombría adornada de una sonrisa. Esto no parecía molestarle al capitán puesto de que su atención se posaba en el mapa.

“Oh”, soltó Nami de sorpresa. “Creo que Ussop se estaba comiendo tu carne ahora que lo recuerdo”, su sonrisa se amplió con malicia, inmediatamente Luffy desapareció como el rayo, por suerte no tiro nada que dañara más la paciencia de Nami. “Solo menciona carne y es todo tuyo”.

Ya más tranquila la navegante se centró en el mapa a trazar, si bien ya habían tenido todas las copias de los Rio Poneglyph, estaba ocupada con diversas tareas, y con diversas tareas era evitar que Luffy se metiera en problemas o zanjarlos. Ya habían pasado dos años desde la gran pelea en Wano conta Kaido y Big Mom. Desde ese punto mucho quisieron y fueron tras la tripulación creyendo que estaríamos muy agotados lo cual era cierto, pero lo que no contaban era los dos nuevo miembros que teníamos. 

Ya era pasada de la noche cuando Nami termino de trazar la última línea del mapa, ella puede decirte que fue fácil, pero tener que formar un mapa con la información de cuatro islas no era sencillo, aun así el talento de Nami era demasiado. Habiendo terminado le hecho un vistazo, satisfecha con el resultado salió de su oficina, la luz de la luna era muy notoria, Nami estaba cansada y agotada, un baño de agua caliente con burbujas, eso sería lo ideal, pero primero decidió pasar a la cocina por algo de beber, al bajar de las escalera se sorprendió, ya que Luffy estaba sentado en el asiento que estaba en el mástil, no estaba roncando, ni comiendo, ni una de sus conocidas tonterías, estaba totalmente serio, si bien Nami no tenía un sentimiento de atracción hacia él, admitiría que estando de perfil y con ese rostro algo dentro de ella se movió.

“¿Luffy?” pregunto nami saliendo de su asombro. “Oh, Nami”, contestó tranquilamente. Mas se sorprendió Nami ya que era muy rara la vez que llegaba a presenciar tal evento, si le preguntaras cuantas veces, ella te diría que los podría contar con los dedos de una mano y les sobrara. “¿Qué haces aquí a esta hora?” soltó la pregunta. “¿Crees que puedas sentarte y escucharme?” de manera muy serena le pregunto. 

“Bien esto es extraño”, pensó Nami. Si bien le pregunto y no lo mando como usualmente lo hace, tenía la opción de negarse, pero la curiosidad venció su cansancio, con pasos lentos se acercó y toma asiento a su lado, no había mucho margen de distancia. “Lo siento”, repentinamente hablo Luffy. La preocupación de la navegante en cierto sentido creció más, Luffy de todas las personas se estaba disculpando en verdad, sus disculpas eran amenguas y vagas, como el de un niño que terminó lastimándose al jugar pero que nuevamente lo haría. “¿Pero, de que te disculpas?” un poco nerviosa preguntó. “De mis tonterías, o bueno, de todo lo que hecho”, se sinceró con ella. 

A este punto, sus preocupaciones se fueron y su curiosidad incremento, ahora quería saber porque su tonto capitán, que solo sabe pensar en carne y peleas se está disculpando. Ella sabía no su totalidad pero si en gran parte como era su capitán, no era difícil, Luffy era un libro abierto en el buen y mal sentido, pero después de que estuvieran dos años separados entrenando y con el pasar del tiempo, Nami noto ciertos cambios físicos en Luffy, en su personalidad no había mucha diferencia, seguía siendo el mismo, pero en estos últimos meses, noto cierto comportamiento raro en él, que bien no le tomo importancia en ese momento, ahora tenía sentido. 

El Regreso del Rey PirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora