Tras haber conseguido finalmente el One Piece, el capitan de los piratas del sombrero de paja siguió aún con sus divertidas y casi suicidas aventuras, hasta que finalmente le puso fin, no de la manera como el anterior rey, sino desapareciendo de los...
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Mientras tanto en un lugar apartado de toda esta guerra, en alguna parte del Grand Line navegaba una flota por parte del Germa 66 quienes tenían su rumbo fijado, en alguno de estos siendo en una habitación la cual estaba cerrada para todos, Reiju yacía acostada en su cama con aura de vagancia puesto que hasta ese momento no tenía ninguna tarea que realizar. Por el momento y hasta que lleguen a su destino se pasara encerrada en su habitación, no le desagradaba estar afuera recorriendo los pasillos pero no le encontraba nada de especial ya que era lo mismo que estar ahí y no se cansaría de estar perdiendo el tiempo.
En momentos como ese, en donde su mente no está enfocada con sus tareas es donde aquellos sueños que parecían como recuerdos llegaban, no de manera abrupta sino como destellos tenues que poco a poco se hacían más nítidos. Así que cada vez que llegaban se concentraba en tener la imagen más clara posible para tener respuestas, puesto que siempre se sentía extraña al ver a ese hombre en sus sueños por lo que quería saber quién realmente era.
Sin embargo siempre eso se terminaba al estar tan cerca de saberlo, es como si no fuera el momento adecuado de estar cerca de él o que aún no estaba lista, sea como sea el caso no le frustraba, al principio sí que le molestaba pero con el pasar de la veces comprendió que no era el momento de tener la respuesta con lo que se conformaba. Luego de haber despertado sin saber que se había dormido miro el reloj, ni siquiera había pasado diez minutos desde que cree haber estado en sus sueños, así que soltando un suspiro cansado se levanta para vestirse y salir para poder encontrar algo.
Después de haber salido de su habitación camino hacia donde posiblemente estarían sus hermanos que sería en la sala de su padre, al llegar a la puerta no le importo tocar sino que abrió para ver que los cuatro hombres estaban hablando con mucha seriedad. "¿Ocurre algo?" pregunto confundida, al parecer los cuatro hombres no habían notado su presencia ni que había entrado. "Esto es lo que ocurre", dijo Ichiji extendiéndole el periódico hacia ella para que lo viese. Reiju con curiosidad lo tomo para mirar la primera plana sorprendiéndose de la noticia, en ella estaba relatando los últimos sucesos de los cuales ellos también estaban involucrados.
"¿Estará bien que siga así?" cuestiono insegura. "No te preocupes por ellos, nosotros tenemos nuestra misión y si la situación se agrava solo serviremos como apoyo", respondió su padre quien se mostraba serio, ella por su parte no dijo nada más. "¿Alguna novedad?" pregunto Reiju. "Ninguna, así que pueden retirarse" ordeno Judge sin más que agregar. Con eso los cuatro menores salieron de la sala para que todos tomaran diferentes caminos, Reiju no sintió necesidad de regresar a su habitación, ella tenía la sensación que dicho cuarto estaba maldito ya que parecía hacer que el tiempo fuera más lento, así que su única opción hasta el momento era perderse por los pasillo esperando que encontrar, con eso en mente empezó a caminar como si la llevara el viento.
Pasaba por ahí, pasaba allá, pasaba por todos lados sin encontrar algo posiblemente novedoso o raro, todo para ella era casi tan apático que si no fuera por su traje de combate creería que el mundo de verdad era de color gris sin agregar que no había ni una sola alma con la que pudiera toparse, incluso parecía que era ella la única que estaba ahí. Ahora que lo meditaba bien, en la situación que estaba daba en el clavo de cómo es su vida, si bien es hija del líder de una de las potencias del mundo, ella se sentía vacía y sin ningún propósito.
