Tras haber conseguido finalmente el One Piece, el capitan de los piratas del sombrero de paja siguió aún con sus divertidas y casi suicidas aventuras, hasta que finalmente le puso fin, no de la manera como el anterior rey, sino desapareciendo de los...
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Olivia en gran parte de su vida sabía lo que era ser perseguida y tener que estar en constante movimiento debido a su situación, nunca hubo tiempo para ella desde ese momento ni mucho menos algo de dignidad, siempre la seguirían señalando como la demonio que todo su vida supuestamente fue, tuvo que agachar la cabeza vulnerable en todo momento mostrando esa lástima que más daño le hacía. No importaba que fue lo que hiciera nada le funcionaba cada vez que podía esperar cierta luz solo era un mero destello de ilusión, cada vez que levantara su mano había otra que la tomaba solo para azotarla al suelo con más fuerza, cada vez que ella quería avanzar había un peso en su cuerpo que la hacía retroceder lentamente, cada vez que abría lo ojos se quedaba absorta en dicha oscuridad que la envolvía de manera escalofriante, no había esperanza para Olivia en ese mundo adonde fuera.
Siempre estuvo cerca y acompañada de la desgracia, pero esta desgracia no era esparcida hacia otros como una plaga sino que afectaba su vida directamente como si se burlara de ella con cada cosa que sucediera, con cada vez tenía menos expectativa de cómo sería su futuro, y por más que quisiera remediarlo no podía, o más bien no tenía el valor para siquiera hacerlo, para acabar con su sufrimiento. Pero era irónico que ahora en el punto de su vida este sufrimiento aún más por aquel que una vez pensó ser esa luz que alguna vez creyó nunca presenciar, era también contradictorio como las acciones de ese hombre habían tomado una dirección aún más desviada causando la completa decepción de ella misma, que con solo eso dio por hecho que no había nada que la ayudara, y quien lo hiciera solo lo empeoraría al punto de ser otra decepción, Olivia dejo morir su espíritu cuando supo que ahora estaba completamente fuera de su preciada libertad así como de su humanidad siendo vendida como esclava aquellos llamados dioses del mundo.
El sonido metálico de la cadena moviéndose de la mano de un marino hacia un agente del gobierno llamo la atención breve de la mujer, esta tenía ya una mirada indiferente observando como el Dragon Celestial la miraba como si de un trofeo se tratara, el fuerte tirón de la cadena de su collar la sacudió levemente para levantarse empezando a caminar sin poner resistencia, sabía que no valía la pena, además si moría o si era utilizada para otra cosa no importaba en realidad ya que una u otra cosa era lo mismo, pero la verdad es que es tan cobarde como para aceptar su muerte. Caminó teniendo su mirada en el suelo hasta que se detuvieron, alzando la mirada se percató que había más mujeres en el lugar, todas las mujeres sin excepción eran esclavas ya que tenían el mismo collar en sus cuello y también que sus miradas no variaban mucho aunque había una que otra que había aceptado dicho trato con el Diablo.
Cubriendo a cada una de las mujeres con una bolsa en la cara volvió a caminar ahora sabiendo que su destino final sería la tierra santa en donde residen estos nobles, de esa tierra en donde nunca más volverá al exterior o siquiera ver la luz del sol, la tierra en donde será tratada peor que la miserable escoria de la existencia, si aun el destino se apiadara de ella posiblemente en los primero días ella moriría sin sentir agonía, pero podía intuir que eso jamás sucedería. Habiendo pasado poco tiempo le quitaron la bolsa viendo al frente había habían varias celdas de aspecto lamentable, varios guardias habían tomado ya algunas mujeres para llevarlas ya sea a sus respectivas celdas o alejarlas, cual fuera el caso no importaba, algo que llamo su atención era que de todas la mujeres incluyéndola habían tres apartadas cerca del Dragon Celestial las cuales tenían si bien no las mejores prendas tampoco estaban muy descuidadas además que de entre todas ellas no eran la más hermosas o atractivas no había nada llamativo físicamente ni mucho menos como personas de alta clase, seguramente se ofrecieron lo más rápido para evitar ser heridas.