Tras haber conseguido finalmente el One Piece, el capitan de los piratas del sombrero de paja siguió aún con sus divertidas y casi suicidas aventuras, hasta que finalmente le puso fin, no de la manera como el anterior rey, sino desapareciendo de los...
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Decir que después de la tormenta viene la calma, eso es verdad si la tormenta fue algo ameno. Porque cuando es una verdadera tormenta la calma llega después de levantarse de la destrucción que esta provoco en todos.
Pero también la calma no siempre viene, en esos casos la desesperación llega de igual forma o más fuerte que la tormenta. Una devastación de emociones y sensaciones inunda los cuerpos afectados de la gran catástrofe sucumbiendo ante el terror.
Incertidumbre sobre un futuro oscuro y cruel, que puede que con la mínima muestra de luz la ahogaría en la miseria. Incertidumbre sin saber que pueda pasar, si algo más fuerte y poderoso llegara para azotar la tambaleante esperanza, fe y vida de las víctimas.
La esperanza y la fe nunca deben perderse, eso no siempre ocurre, hay quienes son débiles y dejan caer su espíritu con la más mínima situación caótica, levantarlos no siempre será una opción, decisión u obligación, hay sacrificios que son necesarios por muy doloroso que sean.
Una lamentación en forma de frustración ante la impotencia de no poder hacer algo en su momento o haber evitado todo lo acontecido. Gritos desesperantes de muchas vidas arruinadas y arrebatadas suenan como una tortura para aquellos de los rezagados del remanente perdido.
Una guerra es devastadora para quienes estuvieron en el lugar, las personas relacionadas con los enviados y los expectantes ante eso. Una guerra siempre dejara huella y marca para bien y para mal, pero siempre será una horrible cicatriz para el mundo, una guerra nunca será contada con una sonrisa a menos que sea un sínico.
Perder un lugar es lo más aterrador para las personas y más si este era seguro para ellos. Saber que un lugar seguro y lleno de confort se te es arrebatado un sentimiento de vacío y perdida llega a tu ser de una manera aplastante y dolorosa.
Kalifa es quien estaba experimentando esto, tenía sentimientos encontrados por culpa de Luffy o más bien por la supuesta información que se les fue dada. Ella estaba sentada en el suelo sin siquiera saber que hacer o que decir, por su mente pasaban demasiadas cosas que le impedían moverse y prestar atención.
Por una parte de ella, la cual era su corazón y sentimientos le decían que confiara en el ser de Luffy, ella sabía ciegamente que el sería incapaz de realizar todo lo informado, él era muy diferente a todo lo visto. Pero por el otro lado, el cual era su razonamiento y orgullo le decían que tenía que actuar conforme le habían enseñado desde que estaba en el Cipher Pol, tenía que cumplir con su trabajo a costa de todo sin importar que se interpusiera en su camino.
No quería perder a lo que tanto anhelaba y esperaba desde muy niña, no quería desprenderse de algo a lo que si lo hacía, podía morir. Estaba tan desesperada, el estrés de no saber que hacer, la estaba volviendo loca, su cabeza le dolía en gran manera. Con eso, se llevó sus manos para agarrar su pelo de raíz y empezar a apretar con fuerza, su expresión paso a una de frustración total tanto que grito a todo pulmón, sin nada alrededor que destrucción, el grito resonó mucho más allá.
