Capítulo 5

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Un suspiro más salió de los rosados labios del omega, la comida estaba sobre la estufa hirviendo apenas, la tarea estaba lista en su mochila. Minho no tenía nada más que hacer, su cuaderno especial fue mejor guardarlo lejos de su vista, por lo cual ahora se encontraba aún más aburrido por su propio bien.

Miró la hora del reloj, se suponía que su pequeño cuñado debía de llegar en cualquier momento desde hace dos horas, pero al pasar el tiempo este se hacía aún más eterno.

Apesar de que nunca su cuñado había hablado con él, en cierta forma se sentía emocionado de tener un poco de compañía ahora. Tanto así que había arreglado la sala para el adolescente. Colocando una colchoneta y poniendo una lámpara para su estudio.

Se quedaría algunos días según su alfa, pero en cierta forma Minho no sabía cuántos. Pero aún fuera solo uno o dos haría que el joven alfa se sintiera cómodo y bien recibido por si algún día quisiera regresar.

Escuchó que llamaban a la puerta, de un salto se paró y corrió abrir. Frente a ella estaba el joven alfa, viéndolo bien se parecía a su hermano mayor unos años antes, pero daba una apariencia más dulce y tierna. Vio a su suegra quien desde el auto movió su mano en forma de despedida para comenzar alejarse.

—¿Me vas a dejar pasar o me seguirás viendo cómo estúpido?— Bueno, tal vez y si era muy parecido a su hermano.

El castaño le sonrió para hacerse un lado, dejando al joven alfa pasar. El omega se sorprendió al ver un par de maletas que llevaba su cuñado además de un bolso de viaje y su mochila de la escuela.

¿Acaso se mudó su cuñado con él? Pero bueno, eso no importaba, Minho se sentía demasiado feliz de tener ahora compañía.

Cerró la puerta para ver a el pequeño alfa entrar y observar su casa a detalle, se sorprendió al ver que le pasaba un par de dedos a un mueble comprobando que no tuviera polvo.

—Al parecer si tienes bien cuidada tu casa— después de eso se limpio sus dedos con su misma ropa —Quiero comer, espero y tu comida sea buena sino la voy a vomitar.

El mayor asintió levemente, aquel niño era igual a Hyunjin. Solo que hablaba aún más y se quejaba.

Al servir ambos platos el alfa lo miró con desaprobación, cosa que hizo a Minho dudar si quería Seong Jin comer con él.

—¿Acaso no esperas a tu alfa para comer? ¿No puedes esperar para comer con quién te da la comida?— Aquellas preguntas lanzadas con enojo le hacían casi reír al omega, era como si realmente él menor no supiera lo obvio en esa casa cuando Hyunjin siempre comía en la casa de sus padres.

"Hyunjin, nunca comemos juntos" trató de ser claro y mover las manos un tanto lento para que el alfa le entendiera, además de mover los labios como si hablará.

NO TE ENTIENDO NI COÑA, HABLA OMEGA— Minho saltó al escuchar la voz de mando. Aquella familia era tan bipolar ¿Solo la omega era quién estaba cuerda?

Llevó sus manos a sus orejas, no le gustaba para nada la voz de mando. La odiaba, también odiaba que le dijeran con esta que hablara.

Apretó los dientes, con su lengua comenzó hacer un sonido como serpiente, su cuerpo comenzó a temblar a tanta presión.

—¿Qué te pasa?— habló Seong Jin, no se movió de su lugar a pesar de ver a Minho en ese estado. Miró como él mismo trataba de tranquilizarse —De verdad que eres raro, con razón cuando llegamos nos dijeron que eras el loco de la manada.

No era la compañía que quería y ya lo sabía de sobra, no llevaba ni una hora aquel alfa y ya le había hecho dar un ataque de pánico.

—Hey ¿Si estás bien?— Seong habló con un poco de temor al ver como la respiración de Minho comenzaba a ser pesada —¿Omega?— se levantó de la silla listo para auxiliar al mayor.

—No le hagas caso— la voz de Hyunjin se hizo presente, inquietando aún más al castaño —solo se le pasa.

Minho trataba de controlarse, pero su lobo era terco al querer hablar sin voz. Pasaron algunos minutos en los cuales el más joven de los tres no lo dejo de mirar, el castaño se levantó temblando de la mesa. Ya no quería estar ahí, necesitaba estar solo.

—¿Quien te dijo que puedes irte?— el omega se sorprendió al escuchar a su cuñado, solo negó para irse y encerrarse a su habitación.

Comenzó a llorar, su respiración era la prueba de su llanto desesperado, al dejarse de oírse por cómo se cortaba por un tiempo para después tomar aire rápido y volver hacerlo.

Sus manos revolvían su cabello desesperado, sus uñas comenzaron a crecer. Quería arañar su cara, su lobo quería castigarlo por no tener voz.

—¡¿QUE HACES?!— gritó Hyunjin al ver como Minho de manera robótica acercaba sus manos en un tipo trance a su cara —MALDITO LOCO, REACCIONA.

Comenzó a temblar aún más, no sabía qué hacer, su mente estaba en un tipo trance. Miró como era sostenido con fuerza de los hombros, Hyunjin lo agitaba con un rostro lleno de enojo, pero por algún motivo no lograba escucharlo.

Las emociones y su propio lobo le hicieron perder el conocimiento.

¿Por qué la luna había sido tan mala con él? No solo por hacerlo como un varón omega, sino también por no darle una voz con la cual defenderse.

Después de la marca [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora