𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨 𝙡𝙞𝙠𝙚 𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨 ✧ wednesday

pretty girl

DAPHNE WILLIAMS era una de las chicas más populares de la Academia Nevermore. Por supuesto, a muchos les llamaba la atención su historia y su apariencia. Todos querían estar cerca de la chica de impresionante cabello pelirrojo y de tez pálida, de la chica que había muerto al caer de un acantilado hace muchos años y que su padre adoptivo, el Doctor Williams, había podido revivir milagrosamente.

Daphne no recordaba mucho de su vida pasado, solo sabía que había sido una niña solitaria, sin padres ni amigos, viviendo en las calles hasta que sucedió lo de su accidente. El doctor Williams había sido un loco obsesionado con la inmortalidad, pero era un buen padre, o al menos todo lo que podía serlo alguien así.

Pero a pesar de tener una vida decente y a toda la Academia comiendo de su mano, Daphne no era ni remotamente feliz. Siempre había sentido que todos estaban detrás de ella solamente para señalar las costuras en sus brazos, los injertos de piel y sus ojos heterocromáticos. Ella era como una mala imitación de Frankestein.

Su vida no era muy emocionante, hasta que conoció a Merlina.

La chica Addams había sido insoportable al principio. Era la peor compañera de habitación, demasiado gruñona y mandona, cero conversadora y con aires de superioridad. Daphne la había odiado al principio, buscando las formas de hacer la pelinegra un calvario. Eran completamente opuestas a la otra; Daphne con sus conjuntos brillantes y de colores pasteles y Merlina con la misma ropa negra y, en pocas ocasiones, con algo de blanco o gris.

Aburrimiento total.

Aún no entendía como habían pasado de odiarse a terminar investigando juntas el misterio de la bestia.

Es decir, Merlina había sospechado de ella en un principio, dejándolo claro y amenazando con interrogarla de una manera en la que seguramente sufriría.

── Obviamente todo apunta a ti; eres la única aquí que no nació siendo diferente. Extrañas tu vida normal y odias a tu padre por convertirte en lo que eres ahora, así como nos odias a todos nosotros.

Daphne no había hecho otra cosa que mirarla como si se le hubiera zafado un tornillo.

── ¿Te estás escuchando a ti misma? ¡Estás loca!

── No me obligues a sacarte la verdad──Merlina entrecerró los ojos, mientras Dedos aparecía caminando por su hombro.

Daphne tomó un cuchillo rosa de debajo de su colchón. Era de locos, pero lo había guardado ahí en caso de que la bestia la atacará... O que Merlina intentará asesinarla durante la noche.

── Quiero ver que lo intentes.

Todo había terminado en una pelea en la que ninguna resultó ganadora, solo con muchos golpes y cabellos arrancados antes que tuvieran que disimular con la llegada de Enid.

── ¿Pero qué...?──los ojos de tu amiga las miraron con sorpresa.

Ambas se señalaron una a la otra.

── Ella empezó/Ella es el monstruo.

La situación había cambiado luego de que casi fueras atacada por la bestia. No habías podido ver nada, pero te había costado nuevas costuras en tu piel. Tu accidente había convencido-un poco- a Merlina de tu inocencia, y luego de que te ofrecieras a ayudarla y habías resultado ser realmente de utilidad, había terminado bajando la guardia.

Y ahora tu comportamiento con ella era completamente diferente.

── Creo que Dedos y yo podríamos ser parientes lejanos ¡No! En realidad, él podría ser pariente de alguna de las partes de mi cuerpo── observarste fijamente tu pierna descubierta por la falda── No sé de dónde papá sacó está.