Ten: Teen Love

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Desde esa noche, las cosas habían cambiado. Durante el almuerzo sus manos se mantenían entrelazadas. En los pasillos se lanzaban miradas y cuando nadie estaba, se besaban.

Habían descubierto que esa era su actividad favorita. Kaori se sentía cada vez más confiada de sí misma, más segura.

Besar a Ni-ki le había enseñado su adición a los carnosos labios del chico. Le gustaba cuando él perdía la timidez y la abrazaba por la cintura o ponía una mano en su cuello.

No sabía que le pasaba. Tal vez la adolescencia y sus hormonas.

En ese momento se encontraban en la habitación del japonés, haciendo nada más ni nada menos que besarse. Esta vez Kaori estaba encima y sintió cómo la mano del japonés fría con sus anillos, recorrían toda su pierna y detenerse antes de llegar a su trasero.

Kaori sonrió siguiendo con su trabajo hasta que la puerta fue tocada. Asustados se quedaron quietos sin saber que hacer.

—¡Ni-ki necesito tu ropa sucia!

—¡Aguarda!—El joven se acomodó el uniforme y agarró un libro cualquiera. Kaori sin sabe a dónde ir se metió debajo de la cama. Una suerte que ella sea chiquita porque entró exacto.

—¿Estás leyendo?—Jay entró con un sesto llendo de ropa de todos los miembros—Por cierto, invité a Kyujin y su grupo para celebrar la noticia.

—Jay...

—Nada, es un gran logro ser seleccionado para el equipo de fútbol siendo Idol—agarró la ropa—y por favor, se lindo con Kaori, parece que le gustas.

Ni-ki asintió, aguantando la risa y Kaori salió avergonzada cuando Jay se fue.

—"parece que le gustas"—lo imitó burlándose de ella.

—Cállate—se subió de nuevo—El equipo de fútbol.

—No es la gran cosa, es por las olimpiadas—le restó importancia—Pero Yoona está obsesionada con convertirnos en escuela americana.

—Sí lo sé, en el consejo está loca con un equipo de animadoras.

Rieron y Kaori dejó el tema al ver la incomodidad del chico. La tarde cayó y eventualmente la japonesa tuvo que ir a su casa para cambiarse y alistarse. Decidió por unos jeans celestes y un top blanco. Encima una chompa delgada tejida color verde. Su cabello estaba más largo, ahora tenía que sujetarlo para que no la molestara. 

Durante la cena, al estar sentados uno al lado del otro, se molestaban, jugando con sus manos debajo de la mesa.

—Tengo una noticia.

Kyujin se levantó de la mesa. Kaori sonreía al ver a Kyujin, a pesar de todo, con ojeras, delagada y cansada, se veía tan fuerte. Han pasado mucho, todas las chicas, pero de alguna forma siempre habían encontrado la manera de seguir de pie. 

—Por favor no me digas que estas embarazada—Hikari, tomando se copa de vino, hizo reir a todos.

Los menores tuvieron que sostener sus vasos con un coctel virgen, reducido a jugo con jarabe. 

—Me dieron un papel en una nueva sería.

Todo corrieron a Kyujin, felices por la noticia de que ella estaba mejorando y volvería a sus actividades. Kaori sintió cómo alguien tomaba su mano y la jalaba a otro lado entre toda la celebración.

—¿Qué pasa?

Llegaron al jardín dónde había una piscina y se sentaron, remojando sus pies. Habían ido a la casa de los chicos, que era bastante grande con piscina y todo.

—Te quería dar algo.

Ni-ki de su bolsillo sacó una cajita celeste, que contenía una cadena de plata con un dije de corazón, en el medio grabada la N y la K.

—Es muy costoso, no puedo—admiró el collar que tenía enfrente.

—Sí puedes—la ayudó a ponerselo—insisto. 

—No traje nada para tí—dijo mientras jugaba con el pendiente. 

—Un beso me basta. 

—Nos pueden ver. 

—Qué nos vean, se van a enterar de una manera u otra, adelantemos el proceso.

Kaori rió ante las cosquillas que Ni-ki le hacía hasta que él dijo algo que hizo su corazón latir con fuerza.

—¿Quieres ir al cine conmigo?—soltó—Cómo una cita de verdad.

—¿U-una cita?—a penas y podía hablar, no sabía si de los nervios o si de la emoción—Si claro, está bien.

—Bien, ¿Paso por ti a las 6?

Kaori asintió. Iba a tener una cita.

Una cita de verdad. Con Ni-ki.

Oh por dios ¡Iba a tener una cita!

—Ya no crezcas—Kyujin habló mientras la veía—Ya tienes citas con chicos.

—Ni-ki es buen chico—acotó Hikari—muy talentoso con la danza, eso es un punto.

—Lo es—se miró en el espejo una última vez. Portaba unos pantalones grises, un top blanco con florecitas y encima un chaleco de lana color blanco igual, su cabello, atado en media cola con un lazo rosa. Se sentía nerviosa, muy nerviosa. La idea de estar sola con Ni-ki, en un cita de verdad, hacía que su estómago se llenara de mariposas revoloteando. 

Miró por la ventana y abajo estaba un carro negro esperando. Sonrió con emoción, agarró su mochila y bajó a paso apresurado a despedirse, Maia seguía en el hospital y Hannah había salido con Heeseung, así que solo se encontraba Kyujin y Hikari.

Ni-ki le abrió la puerta y en un silencio cómodo siguieron su camino, llegaron al cine y mientras conversaban, compraron las entradas y la comida. Lamentablemente, aún no era pública su relación, la empresa quería que las cosas se calmaran con la noticia de Hannah y Heeseung, la vuelta de Kyujin y su relación, así que necesitaban mascarillas para no llamar mucho la atención. 

La tarea era difícil, la que la altura de Ni-ki y Kaori era fácil de reconocer. Sin importarles, entraron a la sala, pero Kaori no podía concentrarse, sonreía de rato en rato cuando sus manos se cruzaban y sus mejillas se ponían rojas. Al terminar la película fueron por un helado y la chica vió un grupo de personas que realmente odia. 

Sehun había salido de su mente, pero verlo le causaba una extraña sensación. Sobre todo ver a su grupo de amigos, a Mina con esa actitud de querer llamar la atención. Pero en vez de molestarse solo siguió caminando con Ni-ki, feliz de tenerlo a su lado. 

—Kaori—Ni-ki la miró

—¿Sí?

—Sé que no te digo esto seguido pero...te quiero.

—Yo también te quiero mucho—eran como dos niños tontos que no sabían que decirse o como actuar, pero el chico no había mentido. De verdad la quería.


𝐖𝐡𝐚𝐭 𝐢𝐬 𝐋𝐨𝐯𝐞?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora