23/11/2022
Incluso si alguien del equipo hubiese hecho un pacto con algún dios o así, el partido no hubiera ido mejor. Lo notó en el momento en el que sus compañeros tocaron el balón por primera vez, iban a ganar, estaba escrito en las líneas de ese mismo campo.
Llevaban solo seis minutos de partido y ya habían tenido una buena oportunidad con Olmo, pase que Pedri le había dado al mayor. Pedri estaba jugando bien, él lo sabía, los dos lo sabían; la pequeña sonrisa que le dedicó desde el otro lado del área, el cabrón estaba irradiando en el campo.
Como había dicho, irradiando, un minuto más tarde estaba otra vez con el balón, dando otra oportunidad a Asensio, que había hecho rozar el poste.
La tercera era la vencida entonces. Gavi no paraba de sonreír al ver a su compañero tan a gusto en el juego, y al mismo tiempo tan frustrado. El tercer intento de España consistió en pases entre Pedri y Olmo, que terminó con este último marcando el primer gol del partido, el primer gol de la selección en los octavos.
El sevillano no cabía en sí cuando con solo 30 minutos de juego estaban ganando 3-0. Saltó por encima de las cabezas de sus compañeros cuando Ferran marcó el tercer gol, siendo agarrado por algunos de ellos, recibiendo un golpe en la cabeza y unas risas.
-Joder Pablo, te vas a partir la cabeza-comentó Asensio mientras se separaban para seguir con el juego.
-Mientras no nos la parta a nosotros yo feliz -Navas le lanzó el balón a la cabeza, mientras Gavi se escapaba aún riendo.
No pasó nada más en los minutos que quedaban de la primera parte del partido; aunque Pedri sí que hizo buenas jugadas. Al final, cerraron la primera parte con tres goles a su favor y el equipo por las nubes.
El descanso fue interesante; intenso pero relajante, alegre ante todo. ¿Estaba ganado, verdad? Era lo que Gavi pensaba, lo que todos pensaban. Pero parecía que había alguna ley no escrita que prohibía dar por ganado el partido, cuando todavía faltaba la mitad.
Los jugadores se animaban entre ellos, felicitaban a los goleadores; Pedri recibió muchas palmadas en la espalda por sus asistencias. Ansu y Nico cantaban de pie en los bancos, mientras Jordi Alba les echaba la bronca por ser irresponsables.
Él no hizo absolutamente nada, sonreía, sonreía ampliamente, pero recuerda solo andar vagamente entre sus compañeros, lleno de alegría. Iba con unos, celebraba con ellos; iba con otros, cantaba con ellos, se acercaba a Pedri, se abrazaban, volvían a separarse y un minuto más tarde se encontraban otra vez.
Puede que todo eso fuese lo que causó la impaciencia de los trabajadores cuando fueron obligados a salir fuera otra vez. Ansu tuvo que rogar a un asistente que le dejara ir al baño, porque se le había olvidado mientras celebraban.
Salieron otra vez al campo llenos de alegría, sabiendo que ahora podían disfrutar en su mayoría el deporte que aman. Porque Gavi lo admite, el fútbol es su vida, no hay nada más importante y nada mejor que el fútbol, pero algunas veces la presión hace que el partido pierda ese encanto.
Pero ahora no, las cosas tenían que ir muy mal para perder el partido, y Gavi veía los ánimos de sus compañeros, eso no iba a pasar. Salió saltando para calentar sus pies otra vez, preparado para darlo todo.
Mientras se colocaban en sus puestos, Pedri se le acercó a la oreja, siempre tapando lo que decía.
-Creo que hoy vas a marcar tu primer gol con la selección -la mano que tapaba su boca le acariciaba sin querer el cuello, causando cosquillas en él, haciendo que arqueara el cuello.
Se giró riendo hacia su compañero, que tenía una sonrisa de suficiencia en la cara.
-Ya me gustaría Pedrito -lo vaciló rascándose el cuello -pero me dá que el ángel del fútbol hoy te ha iluminado a tí amigo.
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No pites el final (Pedri & Gavi)
RandomPedri se convierte en la zona de confort de Gavi. Gavi se convierte en un constante en la vida de Pedri. Puede que no estén preparados para hablar de ello, pero está ahí.