06/12/2022
Gavi mira a Busquets, es la última esperanza que tiene la selección de no perder el mundial. A él solo no le gustaría tener esa presión, y en el fondo agradece que en este momento este sentado en el banquillo, pero eso no significa que no esté nervioso.
Odia no haber jugado con sus compañeros los últimos minutos, pero sabe que cada uno ahí tiene un papel y el suyo era salir antes de terminar. Aún así, espera que esta no sea la última vez que vaya a jugar con ellos.
Siente como sus dedos aprietan el banquillo fuerte, los nudillos poniéndose blancos por la fuerza, y levanta los talones de los pies del suelo, por los nervios. Siente una pierna rebotando al lado, y comentarios bajos de los que tiene alrededor.
Entonces se acuerda, e intenta buscar el número 26 entre las camisetas azules del campo. Lo encuentra rodeado de los demás, esperando a que el tercer penalti pase. Su brazo izquierdo está rodeando a Soler, pero nota la mano derecha aprentando suavemente la tela del pantalón.
Mierda, Gavi sabe cuánto odia Pedri los penaltis. Lo ha escuchado mil veces hablar sobre lo injusto que es limitar todo un partido a un tiro, y la presión que significa para un solo jugador. Él puede que esté de acuerdo, pero siempre le deja soltar todo, porque normalmente suele ser Gavi el que habla, y es agradable escuchar al mayor con tanto ímpetu.
Le gustaría poder estar con él, acercarse y agarrar su muñeca para quitar la tensión de ese brazo. Imagina como Pedri no se daría cuenta hasta el toque, como giraría la cabeza hacia la izquierda, bajándolo solo un poco, para mirarlo a la misma altura.
Puede imaginar la pequeña sonrisa en su boca, el pequeño asentimiento que le haría, para luego volver la vista a la portería.Pero claro, Gavi no está en el campo, Pedro sí, y eso es suficiente para parar sus pensamientos.
Vuelve su mirada a la portería cuando nota el silencio en el estadio, todo el mundo aguantando la respiración.
Es el momento, piensa, ahora o nunca. Busquets se echa hacia atrás para luego volver y dar al balón, ve como se acerca a la red, se levanta del banquillo, va hacia dentro...
Para,
El portero para el balón.
¿Ya está? No puede ser verdad. Él, él no, ¿Cómo es eso posible?
No se supone que fueran a perder, ellos tenían que ganar, él, él tenía que.No
¿Qué está pasando?
De repente el sonido vuelve a sus oídos. Como una burbuja que se ha roto, vuelve a escuchar los gritos del público, los seguidores de Marruecos animando a su equipo a voces.
Sabe que es verdad cuando no hay ninguna respuesta por parte de sus compañeros en el banquillo, no hay Españoles cantando en las gradas.
Se levanta de su asiento. Es el primero que lo hace, es el primero que toca la hierba, aún cuando los demás siguen sin creerlo. Puede ver a Luis Enrique con la mirada perdida, y con la mano suavemente apoyada en su nuca. Avanza hacia donde está el equipo, sin saber que más hacer.
Puede ver a todos destrozados, algunos están llorando, a él le gustaría hacerlo, pero por alguna razón, no puede.
Todavía no es consciente de la situación, no puede asimilar que hayan perdido, eso simplemente, no estaba en sus planes. Quiere arreglarlo, siente que tiene que arreglarlo, pero por primera vez, sabe que no hay más partidos, no hay remontadas, no hay vuelta.
Agarra su número en el pantalón, lo toca, siente con sus dedos, hasta llegar al borde de la prenda, agarrándola. Ha visto hacer eso a Pedri, y en un momento en el que no sabe qué hacer, piensa que igual es buena idea.
No funciona, como se lo esperaba. Su estupor y agonía no se hacen más pequeños, entonces agarra la tela más fuerte, con las dos manos, y tira hacia arriba, haciéndose hasta daño con sus propias uñas.
Suelta la prenda cuando ve que no vale para nada, él no es Pedri, Pedri es fácil, Pedri es alguien que puede controlar lo que siente rápidamente, el es todo lo contrario.
Intenta encontrar al chico entre toda la multitud. No lo encuentra.
Se mueve a pasos lentos alrededor de los demás, buscando el número 26 y dando pequeños abrazos si se cruza con alguien.Es entonces cuando lo ve, en el suelo.
Está sentado, tiene los brazos apoyados en las rodillas y la cabeza entre ellas.Miedo, es lo primero que siente Gavi al ver al Canario en esa posición. Puede que quiera vomitar, o que le duela algo.
Hace el amago de acelerar hacia él, cuando el mayor sube la cabeza. Está bien, piensa.
No es verdad. Está físicamente bien, pero sabe que emocionalmente está destrozado. Y eso le afecta a Gavi más de lo que debería. Porque Pedri no debería estar así, no se merece estar así.
Pocas veces a visto Gavi al otro tan apagado, con las emociones tan a flote y una mirada tan triste.Pedri suele ser, solía ser, al que recurría cuando algo salía muy mal, o incluso muy bien. Es perfecto a la hora de controlar sus impulsos, y parece que siempre tiene todo bajo control, aunque Gavi sepa que no es así.
Por eso no esperaba que le afectase tanto verlo tan destrozado, a punto de soltar las lágrimas.
Observa como Pedri intenta asimilar todo, mirando de un lado a otro. Él se queda donde está, de pie, con otras personas andando alrededor.
Cuando Pedri se encuentra con su mirada, nota una pequeña chispa, antes de volver a una mirada triste, que refleja igualmente el que él tendrá en este momento.
Quiere llorar, quiere llorar por todo. Quiere llorar por el partido, el mundial, su equipo...Y Pedri, quiere llorar por Pedri, y por ellos.
¿Cómo han llegado a ese punto?
¿Cómo ha podido perder, en un mismo día, el campeonato de su vida, el partido de su vida, y al mejor chico que ha conocido nunca?Cuando vuelve a dirigir su mirada a Pedri, intenta transmitirle cuánto lo siente, solo con la mirada.
Sabe que la ha cagado, la ha cagado mucho, y cuando ve una pequeña lágrima bajar por la mejilla del mayor, no lo soporta más.Se agacha allí mismo, donde está, en mitad de un campo de fútbol en Qatar, con miles de personas mirando, y llora como no lo ha hecho en mucho tiempo.
Llora con las manos en su cara, y la cabeza agachada. Llora mientras los de la selección lamentan su eliminación, y los Marroquíes celebran.
Sabe que será grabado por las cámaras, y en los siguientes días habrá noticias del joven Español que lloró por el final del mundial.
Pero igualmente llora. Llora porque ¿Qué demonios? Tiene derecho a hacerlo. Llora porque acaban de perder el mundial, pero llora por todo lo que ha perdido, y por todo lo que eso ha supuesto.
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Hola!!
Espero que os esté gustando la historia. La verdad, no sé que estoy haciendo, pero llevo los últimos días maravillada con estos dos, y no encontraba ninguna otra manera de sacar lo que tenía dentro.Por favor, comentad, dad like o hacedme saber si os gustaría que siguiese con esto, para saber si vale la pena lo que estoy haciendo.
Mucho amor, y hasta la próxima.
10/12/2022
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No pites el final (Pedri & Gavi)
RandomPedri se convierte en la zona de confort de Gavi. Gavi se convierte en un constante en la vida de Pedri. Puede que no estén preparados para hablar de ello, pero está ahí.