Capítulo 5

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23/11/2022

Sujetó más fuerte y más de cerca al chico del frente, besándolo aún con más ganas. Besaba sin pensar sobre ello, cuando noto una mano serpentear en su cintura, y otra acariciar su mandíbula.
Pedri lo tiró más cerca por la cintura, rodeándolo con todo el brazo, mientras apoyaba la mano derecha completamente en su mandíbula, haciendo que Gavi echase la cabeza hacia atrás.

El joven se derritió al momento del contacto, y soltó las manos que tan fuertemente agarradas a la camiseta tenía, para dejar que sus brazos bajen por toda la parte del estómago del mayor. Jugueteó con los hilos deshilachados del borde de la camiseta del otro, antes de acariciar suavemente su piel con tímidos dedos.

Era sin duda el mejor beso que jamás había dado. Su compañero no pudo ser más cuidadoso con él, acariciaba con delicadeza su espina dorsal y también su mejilla, haciendo que se sonrojara incluso en acción. Dejó una mano por debajo de la camiseta del otro, y subió la otra al pelo del mayor, para entrelazar sus dedos con las suaves hebras.

Joder, era el pelo más suave y agradable que había tocado; pensó mientras suspiraba entre besos. Que alguien le de un premio al mejor besador del mundo a Pedri ya por favor.

Pedri.

No.

No, Pedri no, él no.

Se apartó bruscamente cuando se dió cuenta de la gran estupidez que había cometido, su mente trabajando a mil por hora de repente. Pedri todavía no lo soltaba de la cintura, y el único espacio que los separaba era el que se había creado entre sus cabezas cuando el más joven se echó para atrás.

No pudo evitar su cara de agobio, cosa que tuvo que reflejarse muy claramente, porque Pedri pasó de tener una expresión de estar en las nubes y no darse cuenta de nada, a una cara de puro terror.
Gavi sintió como se le caía el alma a los pies al ver ese cambio en la cara del mayor, y no supo qué más hacer; apartándose rápidamente haciendo fuerza con sus manos en el pecho del otro, obligándolo a soltarlo.
Lo miró por un par de segundos más, antes de retroceder unos pasos.

-Espera Gavi, no…

Pedri no pudo terminar la frase cuando Gavi ya se había dado la vuelta, saliendo del vestuario sin haberse cambiado, dejando sus pertenencias allí.
En cambio, los demás jugadores siguieron celebrando la primera victoria, sin darse cuenta de lo que acababa de pasar en los casilleros.

Esa noche, al volver del estadio después de ducharse y estar con los demás jugadores, Pedri se encontró con su habitación vacía; algo que no pasaba desde la primera vez que se durmieron juntos.

Tuvo que dejar la mochila de Gavi en el suelo, a un lado de la puerta, esperando a que en algún momento el chico decidiera volver a por ella, o a por él.

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A la mañana siguiente Gavi se despertó desorientado en su cama, sin saber dónde estaba o por qué estaba ahí. Los golpes que lo habían despertado seguían sonando en la puerta, y él aplastó la cara contra su almohada para ahogar el gruñido que le salió, odiaba ser despertado, todos sabían que odiaba ser despertado así.

Dio vueltas en la cama hasta llegar al borde y ponerse de pie, para abrir la puerta a aquella horrible persona que osaba interrumpir su sueño, mientras bostezaba.

-Pedri -el chico al otro lado de la puerta no le dejó reaccionar cuando ya estaba hablando.

-Mira no sé qué demonios pasó ayer a la tarde pero no pienso dejar que eso haga que nosotros nos vayamos a la mierda -parecía que estaba enfadado, hablaba alto -me da igual lo que pasó ayer, oh cuidado, dos amigos del Barca se besan, como si

No pites el final (Pedri & Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora