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Y por fin ya estaba en frente de la casa de SeungMin, donde este salía con una gran sonrisa en su rostro y una cesta de picnic que contenía de su comida cocinada de hoy en dirección a mí.

Había venido en el coche, así que me encontraba apoyado en el capó del vehículo mirándole teniendo mis ojos brillosos y una sonrisa de oreja a oreja.

— Hola, amor.

— Hola, mi cachorrito.

Le contesté en tono alegre y divertido besando cortamente sus labios.

— No te cansas de decirme por ese apodo, ¿tanto parezco a uno?

Me dijo riendo metiendo la cesta en el maletero del vehículo y después volviendo a mí, todo esto mirándome con esos ojos tan tiernos que poseía.

— Sí, me encanta decírtelo, al igual que verte con pucheros.

Apreté sus mejillas suavemente con mis dedos besando luego estás de la misma forma.

— Qué cursi eres, mejor vámonos al lugar de nuestra cita.

Moviendo su cabeza a los lados varias veces sus pies también lo hicieron para ir a la puerta del copiloto, yo igual lo hice yendo a la del conductor y subirme al asiento.

Mi mirada se dirigió al omega, el cual también lo hacía conmigo provocando a ambos unas risas inocentes y tiernas.

Con un silencio cómodo arranqué el motor, estando tranquilos en nuestro trayecto al río Han mientras la radio se escuchaba de fondo.

Clases De Rap △SeungBin▽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora