A Bucky le dolía la lengua por querer reclamarle sobre lo que hizo en la cena a la que fueron invitados. Se sentía tan contento, pero no fue hasta que a Helmut se le ocurrió la maravillosa idea de decir algo que no se debe decir.
Tuvo que salir del lugar de inmediato, más cuando todos se le quedaron viendo a la pareja con disgusto. Los mensajes que entraban a su celular provenientes de Steve Rogers... Simplemente lo mejor era no verlos, por salud mental.
- No voy a pelear contigo por una tontería, Zemo. - acomodo su chaqueta en su lugar en la entrada de la casa - pero es que también tú, como le dices a la hija de Stark que Santa Claus no es real, ¿enserio?
- Debe aprender la realidad de esta cruda vida - levantó los hombros en muestra de sinceridad
- ¡Es una niña! - se lo menciono con cierta desesperación
- Era el momento perfecto para saberlo - hizo una mueca restándole importancia
- Tiene 6 años, ¿Cómo eso lo convierte en el momento perfecto para saberlo? - repitió las palabras del otro
- La verdad no siempre es agradable, James - asintió con la cabeza en su dirección
- ¡NIÑOS! Ellos no entienden "la realidad de la vida", por favor
- El panzón no existe, y tu molestia es irracional...
- Tengo meses que hice las paces con Stark, y tú haces llorar a su hija, ¿es justo? - no sabía cómo seguir
- Si, no tengo hijos. Así que no me importa, fin de la conversación.
- Stark prometió venganza, espero y realmente no quieras tener hijos porque...
- Que haga lo que le dé en gana - interrumpió - vayamos a la cama a dormir, cariño
Negó con la cabeza, y le siguió el paso. Esperaba que eso fuera real, que Zemo quisiera niños porque Anthony Stark estaría preparado para devolverle lo que hizo con la pequeña Morgan.