OCHO

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El haber estado frente a frente con Saúl de esa forma lo tenía muy estresado.

Ya había pasado una semana desde que había ocurrido y seguía nervioso, Guillermo cada que le cuestionaba por su actitud asustadiza se veía en la obligación de decir una mentira para no asustarlo.

Fue muy difícil haber escondido los moretones que le había hecho el pelirrojo, pero no podía dejar que Memo lo viera lastimado.

Ahora Saúl sabía el problema que tenía con su padre aún, tenía miedo que ese rumor se esparciera y lo regresaran de nuevo a Argentina.

Antes de ir al departamento de Guillermo después de un largo día de clases, había ido a suyo para tomar una ducha.

Los entrenamientos del equipo se hacían cada vez más pesados, pues había empezado a llegar varios directores de diferentes selecciones a llamarlos.

Claro que él quería ser seleccionado para jugar.

Después de haberse colocado los pantalones, miró su teléfono y suspiró profundamente al ver qué alguien le estaba llamando.

Su padre seguía marcándole casi a diario para insultarlo y acosarlo, ese era otro de sus problemas, aunque estuviese lejos de su país de origen, su padre seguía siendo un completo acosador.

Parecía disfrutar de escuchar a su hijo frustrado con sus llamadas.

No tuvo de otra Lionel y tuvo que contestar el teléfono de mala gana.

—Hola—

—Graças a Deus — Se escuchó en la otra línea del teléfono —¿Por qué no me contestabas? Llevo semanas llamándote, tu papá me está llamando a diario exigiendo una respuesta para saber dónde te encuentras —

—Hola Ney— Se limitó a decir el castaño sentandose en la sillita — Lo siento mucho, no era mi intención que mi padre te esté llamando por mi —

—¿No me vas a decir dónde estás?—

—No, no puedo hacer eso, lo siento mucho Ney, no me puedo arriesgar tanto — Contestó apenado.

— Por favor cuídate, tu papá se escucha muy enfadado— Susurró.

—Lo sé, lo tendré. No le contestes el teléfono a él por favor, por más insistente que sea. No le contestes, no quiero que por mi culpa llegue a lastimarte ese tipo —

—No te preocupes, yo estaré bien, pero tú por favor ten cuidado donde estés, no confíes en la gente — Colgó.

Messi suspiró hondo tapándose la cara estando frustrado. Terminó de arreglarse y salió del departamento rápidamente colocandose su abrigo.

—Yo te llevo—

Cuando se detuvo al escuchar la voz se encontró de nuevo con el pelirrojo.

Estuvo por correr pero este lo tomó fuertemente del brazo metiéndolo al departamento del argentino.

❝Labios Rotos; Messi y Ochoa(AU)❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora