SIETE

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Tres semanas habían transcurrido perfectamente.

Guillermo se encontraba mejor, no había necesidad que siguiera en reposo.

Así que podía seguir con una vida normal ahora con su lindo novio al lado.

Messi.

Se notaba que eran una pareja muy feliz dentro del departamento donde eran libres de hacer lo que quisieran.

Messi era muy cuidadoso y amoroso con Guillermo, este adoraba muchísimo de cargar al argentino y darle vueltas hasta caer al suelo riendo emocionados y darse besos.

Era perfecto eso.

Pero nada es duradero.

Ochoa lo sabía perfectamente que así lo era.

Lionel terminaba de guardar las cosas en su mochila y salió de su departamento, en el camino miró en que en los puestos ambulantes vendían varios peluches y películas de dudosa procedencia.

Había quedado con Guillermo que después de clases irían al departamento de este a ver películas.

Aunque las verían en el USB todo lleno que tenía Lozano, pero el peluche de ese pajarito amarillo le había llamado muchísimo la atención.

Decidió comprarlo y guardarlo en su mochila, desgraciadamente gracias a ese peluche había gastado lo de su desayuno para la escuela.

Pero su lindo Ochoa lo valía, no le importa quedarse con las tripas retorciendo de hambre.

—¿Ya vendrá ese wey? Me da miedo que sea tan confiado en el metro— Habló Lozano entrando a la universidad al lado de Memo quién trataba de buscar a lo lejos al bajito.

—Igual a mí, luego si se acercan esos señores que venden cuanta mamada. No sabe decir que no y lo compra todo— Susurró apenado —¡Mira! Ahí está, Hola cielito, ¿Cómo...—

—Para ti mi hermoso príncipe de rulos bellísimos — Le entregó el peluche estando sonrojado acomodándose el cabello detrás de su oreja — Lo compré para que te acuerdes de mí cuando no esté cerca de ti, hermoso —

Guillermo sostuvo entre sus manos el peluche y le sonrió con ternura— Aaaw, que adorable Piolín. Te lo agradezco mucho Lio — Se acercó para darle un tierno beso en la mejilla — Espero y no hayas gastado tu dinero del desayuno en esto — Amenazó.

—Chispas —

—Lo sabía, no te preocupes, te invitaré de mi sandwich, pero debo irme ahora— Susurró para darle de nuevo un beso en la mejilla y empezar a caminar hasta perderse por los pasillos del lugar.

Lionel suspiró totalmente enamorado al ver al mayor irse por los pasillos.

Miró a Lozano y le sonrió con ternura para irse a su clase con este.

❝Labios Rotos; Messi y Ochoa(AU)❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora