IV - Una almohada para Dan

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Narra Daniela

- Entonces, Gavi dijo que le gustaba más mi galleta, y gané. Eso es todo.

Termino de explicarle mi fin de semana a Tanya, una buena amiga y compañera que conocí el primer día de universidad, mientras caminamos fuera de la facultad.

Ella me mira con la boca abierta de par en par.

- ¿Eso es todo? ¿Lo dices de coña? - Pregunta ella con sarcasmo - Daniela, has estado en casa del entrenador del Barça. Has estado con Gavi, Pedri y Ansu Fati. Repito. Gavi. Pedri. Ansu Fati. ¡Y lo dices como si no fuera nada del otro mundo! Eres literalmente la favorita de Dios.

No puedo evitar reír ante sus palabras.

La verdad es que la situación es un poco surrealista.

- He tenido mucha suerte. Bendito el día en que Dan se me cruzó por delante. - Digo recordando el día que Nuria me contrató.

Tanya suelta un sonoro "Amén", aún con una expresión incrédula en su rostro.

Continuamos nuestra conversación mientras nos dirigimos a paso despreocupado hacia la residencia universitaria.

- Vamos a lo que me interesa de verdad. - Hace una pausa dramática para llamar mi atención. - ¿Están más buenos en persona?

- ¡Tanya por Dios! - Me quejo al instante, elevando ligeramente el tono.

- Venga ya Dani, ¿Me vas a decir que no te has fijado? - Pregunta ella, e inmediatamente siento como mis mejillas se calientan. - ¡Ves, te has puesto roja! Dímelo.

Ruedo los ojos antes de contestar, mientras maldigo interiormente mi inutilidad para disimular.

- Están mucho más buenos en persona. - Admito con sinceridad, haciendo que ella sonría abiertamente con malicia.

- ¿Quién de los tres te pone más?

- ¿Puedes parar de hacer esas preguntitas? - Digo abordando su cuestión anterior.

- Pero si solo acabo de empezar. - Responde con simpleza.

La fulmino con la mirada automáticamente, y ella me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

- No me interesa ninguno realmente, paso de los tíos ahora mismo. - Le aseguro a mi amiga.

Ella ladea su cabeza para mirarme con confusión durante un instante, aunque no tarda demasiado en borrar su expresión confusa, como si acabara de comprender mis palabras.

- Ah bueno, las tías tampoco están mal, yo le doy a todo un poco. - Comenta alzando sus hombros con naturalidad.

Yo niego rápidamente con la cabeza en cuanto las palabras salen de su boca, y no me molesto en retener la suave risa que escapa de mi garganta.

- No Tanya, no es eso. - Hago una pausa para mirarla. - Lo que pasa es que desde lo de Gonzalo tengo un poco de "penefobia".

Tanya suelta una sonora carcajada al escuchar el término que me acabo de inventar, provocando que varias personas que caminan cerca se giren para mirarnos.

Ella recupera la compostura tras unos segundos.

- Bueno, poco a poco Dani. - Dice en cuanto termina de reír, y me rodea por los hombros con uno de sus brazos. - Cuando se te pase, recuerda que tienes a toda la plantilla del Barça a tu alcance.

Ruedo los ojos una vez más al escucharla.

- Eso sí que no, lo último que se me ocurriría es estar con un famoso. - Aseguro sin un ápice de dudas. - Se creen mejores que el resto solo porque tienen dinero.

La Niñera - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora