La Niñera - Pablo Gavi

IX - La casa de Pepi, 1ª Parte

- Narra Gavi

Me acomodo sobre el sofá sin despegar mis ojos de la gran televisión de pantalla plana que se encuentra ante nosotros.

Escucho como Pedri maldice desde mi derecha, al tiempo que pulsa rápidamente los botones de su mando de PlayStation 5 con total concentración.

- Eres malísimo en el FIFA, Pepi. - Comenta Fer, el hermano de Pedri, desde su asiento.

Reprimo una risa en el interior de mi garganta al escuchar el apodo con el que Fer se refiere a su hermano.

- Calla, me desconcentras. - Ordena Pedri sin dejar de observar la pantalla.

- Yo hasta con las manos atadas jugaría mejor que tú, Pepi. - Suelta Ansu solo para molestarlo.

- Ya vale con lo de Pepi, ¿no? - Dice Pedri tratando de sonar autoritario.

- ¿Prefieres que te llamemos "platanitos"? - Digo divertido, haciendo que todos los presentes suelten una sonora carcajada.

Todos menos Pedri.

El canario por su parte se limita a agarrar en un movimiento rápido el cojín más cercano para lanzarlo con fuerza hacia mi cara.

- Vale, nada de "platanitos". - Cedo entre risas. - Al menos espero que te hayan pagado bastante por promocionar Plátanos de Canarias.

Tengo que admitir que me reí bastante cuando lo vi en ese anuncio.

Me incorporo un poco sobre mi asiento, y estiro mi brazo para alcanzar unas galletas que se encuentran sobre una pequeña mesita de cristal.

- Es la última vez que os invito a mi casa. - Afirma Pedri mientras vuelve a centrarse en su partida.

- Eso lo dijiste la última vez. - Recuerda Ansu, y no tarda darle un gran bocado a una de las galletas. - Y aquí estamos. En tu casa y comiéndonos tus galletas favoritas.

Suelto una breve risa antes de imitar a Ansu y meter una galleta en mi boca.

Saboreo unos segundos la dulce masa al tiempo que la imagen de una castaña de ojos verdes se abre paso entre mis pensamientos.

Las galletas de Daniela son mejores.

Ese simple pensamiento es suficiente para que los recuerdos de lo ocurrido estos últimos días con Daniela amenacen con volver a reproducirse una vez más en mi mente, revolviendo mi estómago en una molesta sensación de rabia e impotencia que lleva conviviendo conmigo las últimas 24 horas.

Me obligo a mí mismo a dejar de pensar en ella. Después de lo malagradecida que fue ayer no se merece que piense en ella ni un segundo más.

Y sinceramente me está empezando a joder no poder sacármela de la cabeza.

- ¿Os quedáis a cenar? ¿Hago unas pizzas? ‐ Pregunta Fer de repente.

- Yo no puedo, he quedado para cenar en un restaurante dentro de media hora. - Comenta Ansu.

- ¿Con quién? - Pregunta Pedri mientras sigue con los ojos clavados en la pantalla.

- Con unas amigas. - Responde el moreno.

- ¿Qué amigas? - Pregunto yo esta vez.

- Parecéis unas novias tóxicas con tantas preguntas. - Suelta Ansu abordando nuestras preguntas.

- Venga ya, no te hagas el interesante. - Dice Pedri ya algo impaciente.

- Voy a ir con Tanya y Daniela a cenar en un restaurante.