CAPITULO IX

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Respuestas

¿Qué hacer cuando una persona alegre y positiva cae en un hoyo de tristeza y dolor?

Esa pregunta rondaba en la mente de Jasper. La respuesta aún no la encontraba, pero la necesitaba.

Quizás para muchos era una etapa normal después de un rechazo, pero ver a su hermano en ese cuadro lúgubre, sin color y sin vida era algo que no deseaba. No era para nada la imagen que Emmet representaba.

Por extraño que pareciera quería devuelta al pesado y molestoso Emmet, con él sabía como tratar y que hacer para contentarlo. Pero con el actual no tenía ni idea de que hacer, y él solo observar como se hundía en su dolor y miseria no servía de nada.

Intentó convencer a Esme y a Carlisle para que hablaran con él, ellos eran sus padres así que los escucharía. Lamentablemente ambos dijeron que no podían, por más que quisieran ayudarlo no iba a ser posible dado que aquella etapa solo podía superarla él.

Con la negativa de ambos, Jasper entendió que no había nada que hiciera que su hermano volviera. Él único que podía hacerlo no estaba y dudaba que quisiera verlo por el momento.

Jasper soltó un fuerte suspiro antes de tomar fuerzas y levantarse, anteriormente su hermano lo molestaba día y noche para que jugaran, que él se acerque con aquella propuesta quizás le levantara el ánimo, al menos esperaba y resultara.

Sus lentos pasos lo llevaron al balcón del primer piso, donde Emmet yacía sentado viendo el bosque frente a él. Aquella acción llevaba siendo realizada por tres largos días y aún no había rastro de la persona que su hermano deseaba ver.

Siguió avanzando hasta quedar a un lado y se sentó, sin dirigirle alguna palabra colocó el juego sobre la mesa y miró al otro para que entendiera el mensaje.

Emmet lo entendió, pero sus ánimos no estaban para jugar, su cabeza no pensaba en otra cosa que no fuera ese día y en su cachorro.

Era consciente que la había jodido y no existía forma de remediarlo. Asustó a Seth e hizo que se alejara por completo de él.

Emmet no lo culpaba, que venga alguien que consideras tu amigo a decirte que le gusta confundiría a cualquiera, eso si eres una persona normal. Él no lo es.

Emmet Cullen es un vampiro, lleva viviendo demasiados años, los consideran monstruos de la noche y la oscuridad. Seres que no deben existir.

Seth por otra parte sigue siendo un joven, es un ser de luz y pureza, alguien que ve la vida y a las personas de manera positiva.

La diferencia que se llevan es de décadas,  si es que no es de un siglo, además están todas las disputas que hubieron antes entre los lobos y los vampiros y el tema de su padre. Claramente no le fue agradable que una de una las bestias que mató a su padre se le declarara.

— Pareces muerto en vida— Emmet dejo sus pensamientos y miró sin ánimos a quien acababa de llegar, Rosalie.

— Hola a ti también— saludó secamente.

— ¿Están jugando?— preguntó viendo el tablero de ajedrez.

— Eso intentaba— contestó Jasper—, pero nuestro querido hermano no está de ánimo.

— Lo puedo notar.

Antes de recibir una protesta por parte de Emmet se sentó junto a Jasper y movió una pieza para iniciar la partida. El otro siguió el juego, era mejor que estar mirando a Emmet.

— Si quieren jugar háganlo dentro— protestó Emmet.

— No te estamos molestando— habló la rubia sin importancia—, en realidad solo ignoramos tu presencia.

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